— Creo que voy a desmayarme— Declaro el rubio comenzando a ver todo nublado a su alrededor.
— ¡No Naruto!— Gritaron sus cuatro amigos viendo como Naruto se ponía mucho más pálido que antes.
— ¿Pero qué demonios?—grito Tsunade que milagrosamente había atrapado al novio en el aire — ¡Despierta idiota!— le ordeno mientras lo sacudía con fuerza para que despertará.
— ¿Eh? ¿Qué paso? ¿Dónde estoy?—pregunto Naruto al estar un tanto desorientado y adormilado, a causa de su desmayo de escasos dos segundos.
— Deja de jugar, actúa como hombre— le regaño jalándole las mejillas— solo faltan un par de horas para que contraigas matrimonio—
— Lo siento, pero…
— ¡Ahhh! Todos los hombres actúan así— dijo tras suspirar con enojo — Y ustedes ¿De qué se ríen?— riñó a los otros cuatro que se aguantaban la risa al ver como ella regañaba a Naruto.
— Lo sentimos, Tsunade-sama—
— Ts, mocosos, cuando se casen sufrirán lo mismo que Naruto, ahora levanten sus traseros y ayuden a Naruto a vestirse— ordeno de nuevo Tsunade señalando a Shizune que traía el kimono formal del rubio.
En Konoha y en toda la nación del fuego, era tradición que los amigos cercanos del novio, le ayudarán a vestir el traje ceremonial. La costumbre dictaba que, el novio al ser ayudado por sus más cercanos compañeros recibía el apoyo y la fuerza para iniciar su matrimonio, porque, una unión entre un hombre y una mujer debía de ser aceptada y bendecida tanto por sus familiares como por sus amigos.
Cuando Naruto supo que debía de hacer este ritual, paso por un estado de depresión al saber que Sasuke no iba a poder acompañarlo, pero, no fue hasta que hablo con Tsunade que la mujer le dijo que debería de dejar las cosas fluir con tranquilidad. El rubio tuvo que admitir que la sannin tenía razón y que, además de Sasuke, tenía a otros amigos, muy buenos compañeros y con los quienes había pasado grandes cosas.
Al principio, a Naruto le había dado un poco de pena el tener que pedirle a Shikamaru, Chouji, Sai y a Kiba que lo ayudarán, jamás les había pedido un favor tan personal, pero sabiendo que ellos no se negarían, le fue mucho más fácil el poder hacerlo. El rubio también había pensado en pedir la ayuda de Lee y Shino, pero, los dos sería los encargados de la seguridad interna de la boda, así que con algo de pena decidió solo pedir una disculpa.
— ¿No está demasiado apretado?—pregunto Kiba que había terminado de amarrar el kimono de Naruto.
— No, así está bien, gracias chicos—dijo Naruto mientras se rascaba la mejilla izquierda.
— No lo digas, somos amigos, además, es una buena forma de comenzar a sumar puntos con el que será el próximo Hokage— bromeo Chouji mientras tomaba una manzana.
— Es verdad, pero yo seré su mano derecha, así que solo lo hago para irme acostumbrando— dijo Shikamaru con un poco de burla.
Correspondiendo a las bromas, Naruto miro al Nara y le dijo — Temari no la tendrá fácil.
— ¡Oi! Ni lo menciones, eso será muy problemático.
— ¡A Shikamaru lo van a domar!—se burlo Kiba riendo sin control.
— ¡Al menos yo tengo a alguien! No como tú que solo te hacen caso los perros— arremetió Shikamaru con una enorme sonrisa de triunfo.
ESTÁS LEYENDO
El manual del buen esposo
FanfictionNaruto teme no ser lo suficientemente bueno como para casarse con Hinata, y debido a su nula experiencia familiar y a la falta de conocimientos sobre relaciones sentimentales, el rubio pasa enteras noches en vela. Pero una vez más, Jiraiya podrá ayu...