capitulo 4

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Camila estaba llegando a su casa, esa casa que no recuerda para nada, esa casa en donde vivió tantas cosas pero no recuerda nada.

—Bienvenida a casa, hija —. Dijo Jaime.

—Gracias papá, debería recordar pero no puedo —. Respondió Cami triste.

—Tranquila hermanita —. Comento Fernando —. Recuerda lo que dijo el doctor, no debes esforzarte mucho.

—Esta bien, no me voy a esforzar mucho —. Camila subió las escaleras y le indicaron donde estaba su habitación.

Cami.

—Ese malnacido se ha escapado —. Escuche que alguien estaba afuera de mi habitación.

—Era de esperarse —. Escuche que respondió mi hermano Alejandro —. Juli, deja eso así.

—Jamás, mi sirenita tiene que tener justicia y si quieres ayudarme te agradezco pero si no me vas a ayudar entonces no lo digas a nadie —. Era la voz de Juliana.

—Juliana no sabemos que tipo de personas sea ¿Y si te pasa algo?

—Si me pasa algo voy a morir sabiendo que hice hasta lo imposible para que mi sirenita tuviera justicia.

—Juliana, ya estoy casado y muy pronto me voy de luna de miel, así que lo lamento pero no te puedo acompañar.

—Lo entiendo y felicidades. Adiós.

No entendía nada y era obvio. Aparentemente Juli me quiere mucho no le importa tener que arriesgar su vida con tal de que se haga justicia por mi accidente.

—Hija —. Escuche la voz de mi papá.

—Dime.

—Te compre un celular con los mismos contactos que tenías.

—Gracias papá.

Me dejó el celular y yo me puse a revisar el chat con Juli quería saber de que hablábamos.

Cuando entre vi que el chat estaba vacío, me pareció extraño pues ella dijo que llevábamos siete años de amistad. Decidí meterme a otro chat pero también estaba vacío que extraño, al parecer borraba los chats.

Juli.

—Listo yuliana —. Lanzo Santi desde su escritorio.

—¿Todos los datos? — Me acerqué a él.

—Si, el imbecil dejo que la cámara de seguridad tomara foto de su placa de su auto.

—¿Y como se llama ese desgraciado?

—Hendrick Guzmán, se desconoce en donde trabaja, tiene 40 años, se desconoce de su vida privada y vive en el sur de la ciudad, edificio las naranjas, piso 21 número 23.

—Gracias Santi, ahora hay que saber dónde va a estar mañana.

—Podemos ir a su edificio y mañana cuando vaya a salir lo seguimos —. Comento Gabo.

—Perfecto, empaquen cobijas, almohadas que yo voy a comprar comida en quince minutos vengo por ustedes.

Salí del apartamento de Gabo y Santi, me encamine a el estacionamiento, me subí a mi auto y justo cuando iba a arrancar me llega un mensaje.

Sirenita ❤️

Hola Juli, ¿Podemos vernos?

Quisiera hablar contigo.

Hola Cami, claro pero ¿Me debo de preocupar?

voy a conquistarte pa que recuerdes mis besos sabor a caféDonde viven las historias. Descúbrelo ahora