Capitulo 2: Correr o morir

361 13 4
                                    

Después de 2 semanas que empezó todo, acá estoy en una cama recuperandome porque un hombre casi me mata, ojala me recupere pronto, así podré salir en busca de mi esposa.

Entró Malcon, me mide la temperatura, me revisa el pecho a ver si me estoy recuperando, me mira y se ríe.

-Eres un hombre fuerte James, te has sanado completamente y me sorprende porque con un golpe así no era para que te sanaras tan rápido- me dijo mientras sonreía. Me dio mis cosas, bueno no tenía mucho a penas mi billetera, en la que traía 1000 dólares, que creo que ya no servirán para nada ahora que el mundo está como esta. Después de ducharme y vestirme bajé a comer, cuando bajé Malcon estaba con su mochila alistando un cuchillo y una pistola.

-¿a dónde vas con eso?- le pregunté

-no hay comida tengo que ir a buscar por ahí en las casas o tiendas que hayan- me dijo

-te acompaño- dije con firmeza

-pero aun no sabes cómo matar a los errantes- me dijo Malcon

-¿errantes?- le pregunté, -así les digo yo- contesto Malcon, pero no me importo que no los supiera matar y fui cogiendo una pistola. -Si vas a ir conmigo coge un cuchillo- dijo mientras me pasaba un cuchillo de caza,-¿Por qué con esto?- le pregunté, siguio alistando las cosas y me explicó que a los errantes les atrae el sonido, así que si dábamos un disparo, el sonido de la pistola atraía a más errantes, también me explicó que los errantes se matan apuñalándolos o disparándole en la cabeza, el caso es que el cerebro debe ser destruido de una u otra forma.

Así que salimos y al otro lado de la calle había una de esas cosas, ahí fue donde Malcon me enseño a matarlos.

Cuando llegamos al supermercado había un errante en la puerta, y por lo que noté también se movían lento, así que rápidamente me acerqué y enterré el cuchillo atrás en la nuca, entramos y por suerte todavía quedaba comida, nos percatamos que habían 3 errantes dentro, así que cogimos rápida y sigilosamente la comida que pudimos y nos fuimos de ahí.

Cuando nos dirigíamos de regreso a casa, escuchamos un tiro, ambos nos asustamos, sabíamos que no teníamos como defendernos ante las armas de fuego, así que decimos correr. Cuando volteamos la esquina, estaba la calle llena de errantes los cuales comenzaron a seguirnos, así que corrimos en dirección al supermercado nuevamente, pero el ruido del disparo atrajo mas errantes, cuando corríamos Malcon no se percató y su pie cayó en un agujero, provocando un dolor en su tobillo casi insoportable, yo lo tomé del brazo y lo levanté, hice que se sostuviera de mí y ambos continuamos huyendo, pero detrás nos perseguían demasiados errantes, Malcon casi ni podía caminar, se tiró al suelo, pero yo pensaba en mi, no puedo dejarlo, el me ayudó siendo yo un extraño, así que lo tome nuevamente del brazo y lo levanté, comenzamos a caminar más rápido a pesar del dolor de Malcon, pero era momento de sobrevivir y no podíamos parar hasta estar a salvos, solo continuamos pero estábamos más lejos de casa, decidí tomar camino por un bosque que rodeaba un conjunto de casas, tal vez allí podamos perderlos pensé, pero al frente nos encontramos con unos 2 o 3 caminantes, solo tuve que dejar un momento a Malcon y me encargué de ellos, al volver por Malcon me di cuenta que aún se acercaba la multitud de errantes, parecía una fanáticada detrás de su banda favorita, no sabia si disfrutar de mi momento de fama o seguir. Volviendo de mi fantasía, levanté a Malcon, le insistí que hiciera un poco más de esfuerzo, solo teníamos dos opciones, correr o morir.

La vida después de la muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora