Capitulo 3: No confíes en nadie

373 19 7
                                    

Seguimos corriendo sin parar, hasta que miré hacia atrás y ya no nos seguían. -¿Estas bien?- le pregunte a Malcon, él me miró y luego centró su vista hacia el pie, se levantó un poco el pantalón, se pudo observar su tobillo y no se veia nada agradable, estaba my inflamado, así que, decidí dejarlo un momento no sin antes percatarme de que no hubieran errantes cerca, luego me fui en busca de lo que pudiera ayudarle.

Al cabo de un tiempo regresé con una venda y unos analgésicos, Malcon sonrió al ver que volví, lo vende y le di unos analgésicos para que no le doliera más el tobillo.

-Descansa Malcon- le dije, -ok, gracias- dijo

Él se durmió y yo me quede vigilando, ya se estaba haciendo de noche y yo levante a Malcon, -Malcon vámonos ya está oscureciendo y pueden venir más errantes-le dije, -Ok ya voy- me contestó. Empacamos todo lo que traíamos y empezamos a caminar, -vi una casa a pocos metros de acá- le dije.

Decidimos ir a aquella casa, era lo mas cerca y posiblemente un lugar seguro para pasar la noche. Cuando llegamos a aquella casa, entramos y yo me aseguré de que no hubiera ningún errante, pero en vez de ver errantes, vi un montón de armas y comida.

-vámonos de aquí- me dijo Malcon -¿Por qué?- le pregunté, me mostro unas fotos que parecían se tomaron las personas dueñas de aquellas armas. Las fotos no eran nada agradables, así que cogimos todo de nuevo y una que otra pistola que vimos, decidimos echar un vistazo rápido al segundo piso, por algún medicamento, pero cuando íbamos a bajar para irnos, escuchamos que entró alguien, yo me asome muy sigiloso por las escaleras y vi a los chicos de la foto.

–Llegaron Malcon- le susurre.

-debemos irnos por otro lado- me dijo.

La única opción eran unas ventanas, pero la caída podría lastimar más a Malcon, así que, decidí amarrar muy de prisa unas sábanas, algo muy sencillo que ayudara,  decidí ir yo primero para luego recibir abajo a Malcon y en ese momento escuchamos que estaban subiendo las escaleras, decidimos escondernos debajo de las camas a esperar que se fueran o se durmieran.

Paso el tiempo, estaban conversando acerca de volver a una comunidad en la que parece que vivían, a llevar lo que había encontrado e informar sobre la situación en aquel lugar,

Al final se quedaron dormidos, así que Malcon y yo bajamos muy cuidadosamente, tratando de hacer el menor ruido posible, por suerte para nosotros no tenian a nadie haciendo guardia. Cuando abrimos la puerta nos encontramos de cara con un errante y nos atacó, rápidamente lo maté, pero un chico del grupo se dio cuenta, sacó una pistola pero rápidamente fui por él y, lo apuñalé, lastimosamente alcanzó a dar un tiro, por suerte no me hirió, pero el ruido de la pistola hizo que todos los del grupo se levantara.

Malcon y yo salimos corriendo, pero ellos comenzaron a seguirnos. Mientras ellos se alistaban con sus armas y demás,  les cogimos ventaja, nos perdimos en la oscuridad y no nos alcanzaron.

Ellos regresaron a la casa, vieron el cuerpo de su amigo desangrado, -voy a matarlos- dijo quien parecía el lider de ese grupo. Una mujer vio en el suelo lo que parecia una billetera, la tomó, miro dentro de ella y encontró una identificación

-James Smith- dijo ella,

-¿Que?- preguntó el lider.

-El desgraciado que mató a Patrick, mira.- le dijo y le pasó la identificación.

Malcon y yo dejamos de correr, nos encontramos un granero y descansamos ahí, cuando amaneció me desperté y, había un grupo de personas allí.

-Buenos días- me dijo uno de ellos.  -¿Cómo te llamas?- me preguntó, me quedé callado, viéndolos con ojos de amaneza, -muéstrenle a su amigo- dijo a alguien de su grupo, cuando botaron al piso a Malcon, yo lo iba ayudar pero aquel hombre, me agarro del cuello.

-¿Cómo te llamas?- Me volvió a preguntar.

-James Smith- le contesté,  quitándome su mano de mi cuello, él se rió.

-yo soy Ryan y soy el que gobierna- me dijo, -súbelos al camión Ramírez y llevémoslos a que conozcan nuestra comunidad- Le dijo a uno de su grupo. Nos subieron al camión y nos llevaron a su pueblo.

Cuando llegamos nos bajaron, vimos que era un pueblo grande y con muros de 3 metros de altura, nos presentaron ante toda la gente como si nos hubiesen salvado del mundo de afuera. Entre esas personas estaban el grupo de la casa, nos observaron y al igual que nosotros les reconocimos ellos  nosotros también, empezaron a susurrar, cuando uno de ellos se acercó a Ryan y le contó todo lo que había pasado.

-Bueno ya pueden irse- dijo Ryan a la gente.

Todos se fueron y nos llevaron a la casa de Ryan, hablamos sobre lo que pasó, nos dejaron contra nuestra versión y no dijeron nada más, Ryan nos observó y nos dejó ir -bienvenidos a Helltown, no puedo dejaros ir, pero sientanse en casa- nos dij, pero ese pueblo con ese nombre quien podría sentirse como en casa.

Cuando nos soltaron, salimos a las calles y vimos que habían guardias en todo lado, parecía no tener ninguna otra salida, miré a Malcon y me dijo

-no confíes en nadie-

-Tenemos que buscar como escapar de acá- le contesté, asintió con la cabeza y comenzamos a caminar.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 28, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

La vida después de la muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora