Hinata One-shots

Tatuaje

Omnipresente POV.

-Así que, ¿cual fue la razón detrás del diseño?- El artista detrás de él realmente quería saber. Después de todo era un diseño muy inusual.

-La escuela en la que jugaba voleibol estuvo fuera de las cortes grandes por mucho tiempo. Nos llamaban "los cuervos caídos". Aún así nuestro equipo en el Karasuno jamás se dio por vencido. En honor a ellos es el diseño.- Se escuchaba el orgullo en la voz del cuervo además de que podías ver la sonrisa y sus ojos brillar al hablar del Karasuno.

-Ya veo pues déjame informarte que ya e acabado. Aunque tengo otra duda, ¿quien tiene la otra mitad?- El tatuador moría por saber dese la primera sesión hace semanas.

-Ah eso Kageyama, mi armador tiene el resto. Entre los dos creamos un diseño que nos representará y uniera a ambos y este es el resultado.- La sonrisa de Hinata se hizo más grande de ser posible.

Después de limpiar y escuchar los consejos e instrucciones sobre el cuidado de su tatuaje además del tiempo de curación. Hinata se dirigió a su apartamento felizmente. Estaba consiente de que aún quedaban seis meses antes de partir a Japón pero eso no le molestaba era todo lo contrario. Significaba que faltaban cada vez menos para verlos, para verlo. Por que si Hinata Shoyo estaba enamorado de Kageyama.

Al otro lado del mundo Kageyama se encontraba en una situación un tanto similar a la de nuestra mandarina favorita. El había terminado su tatuaje y se encontraba emocionado y triste al mismo tiempo. Vería a Hinata en seis meses pero se iría un año después a Roma. No sabía por cuánto tiempo o que pasaría allí.

No había tenido el valor de decirle a Hinata. Temía arruinarlo todo por ello. Aún así no lograba estar con el como quisiera al menos trataría estar con el lo máximo posible. Sin más ambos pensaban en lo mismo de distintas formas y maneras. Ninguno tenía idea de los sentimientos del contrario pero eso no impedía que se pensaran como algo más que amigos.

Los meses pasaron y ya era hora de volver. Ambos habían quedado de verse después del partido de los BJ y los Adlers. Sin saber que ambos se llevarían sorpresas por separado. La de Hinata fue una un tanto amarga y la de Kageyama demasiado dulce. Ahora uno sabía la verdad y el otro veía a su amado. Fue un partido intenso y divertido para ambos sin duda alguna. Ambos estaban orgullosos de ese reencuentro por lo que pasarían todo el tiempo posible juntos. Un año fue muy poco tiempo para ambos. Lo sabían desde el inicio pero poco les importó. Ahora Kageyama iría a Roma mientras que Hinata regresaría a Brasil.

Ahora ambos tenían 30 y se volverían a encontrar fuera de una corte. Era la boda de Asahi y Nishinoya así que regresarían a Japón. Ninguno había logrado declararse al otro y el tatuaje en sus espaldas jamás había sido mostrado al otro. Aún así parecía que eso cambiaría pronto después de todo ambos querían formar una familia con el otro. El momento de estar juntos había llegado.

Hinata POV.

La boda había sido hermosa aún así sentía envidia. Deseaba con toda mi al a y corazón que aquellos en el altar fuéramos Kageyama y yo. Pero nuestra relación jamás avanzó más allá de la amistad. Sinceramente deseaba una vida con el pero ambos pusimos primero el voleibol y nuestras carreras como jugadores profesionales. Hacia unos años me había resignado a ello, después de todo el primero en querer irse al extranjero fui yo.

No me arrepentía de mis decisiones pero hubiera querido que estuviera más presente en mis desiciones y planes por igual y no solo en mis planes. Aún así según los reporteros el ya tenia a alguien a quien amar y no era yo. Soy consciente de que en parte es mi culpa por no haber tomado la iniciativa. Estaba tan absorto en mis pensamientos que no me di cuenta cuando me llevaron al centro de la pista de baile. Hasta que lo escuche llamarme por mi nombre completo y no por uno de nuestros apodos.

-Hinata Shoyo nos conocimos en la secundaria y aún así no nos hicimos amigos hasta la preparatoria Karasuno. Se que muchos piensan que nuestra amistad es la más rara pero para mi es simplemente perfecta. Los años que pase como tú compañero de equipo fueron los mejores años de mi vida. Cuando te fuiste a Brasil me destrozaste de una manera que ni te imaginas. Aún así fui egoísta y después de estar todo un año contigo decidí irme a Roma. Desde entonces nos hemos visto muy poco fuera de la corte. Por esa razón hoy frente a todos nuestros conocidos y con el permiso de Suga-san y Daichi-san te pregunto. ¿Quiere ser mi esposo y rematador por el resto de nuestras vidas?- Al final del discurso la mayoría tenía lágrimas en sus ojos pero yo solo lo podía ver a él.

-Si Kageyama aceptó, seré el mejor rematador para el que colocarás.- Las lágrimas caían a montones por las mejillas de Hinata. Aún así ambos eran felices por cómo habían sucedido las cosas. Ambos eran conscientes de que se habían saltado varías etapas pero poco les importó. Ahora más que nunca estaban cien por ciento seguros de que su elección de tatuaje fue la correcta para ambos