Domador de corazones

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- Tú no lo entiendes aún. Pero algún día lo haras. Tal vez ese día no sea hoy o mañana pero cuando te des cuenta puede que sea muy tarde. - En ese momento Tobio no entiendo lo que Suga trataba de hacerle entender.

Aún así unos meses después deseo haberlo hecho. Aquel sol radiante ya no lo miraba como antes. Ni siquiera le pedía que acomodara para el, ahora solo veía su teléfono mientras sonreía. Había ocasiones en las que deseaba saber que lo hacía sonreír más que cuando jugaba volleyball. Pero el solo imaginarlo le causaba una molestia indescriptible. No entendía el porque, aún así sabía que fuera lo que fuera le rompería de distintas maneras.

Hinata por otra parte no podía dejar de hablar con dos búhos muy diferentes pero similares al mismo tiempo. El realmente no entendía el porqué se sentía así cada vez que hablaban. Tampoco el porqué de sus sonrojos cuando era elogiado por uno o por ambos. A pesar de que al principio solo hablaban de volleyball con el paso del tiempo  sus temas de conversación estaban lejos del deporte y cada vez más cerca de asuntos personales. Aún así ninguno de los tres tenía problemas con ello, era todo lo contrario los tres disfrutaban sus largas noches en vela hablando con el otro.

Suga era consciente de lo qué pasa a alrededor de sus queridos polluelos. Por dicha razón había tratado de hacer entrar en razón a Kageyama. Aún si fue inútil y ahora unos meses después la advertencia, por la que rezaba no se cumpliera, se estaba haciendo realidad en las narices del mismo Kageyama. El sabía de los sentimientos que ninguno de ellos entendía y que sentían el uno por el otro al principio. Aún así el mismo Kageyama había sido quien había logrado que el amor que Hinata le tenia hubiera mermado hasta el punto de casi extinguirse por completo. Llevándose en el proceso el amor propio de aquel sol radiante. Por ello le daba las gracias a los búhos que habían logrado que su amor propio regresara más fuerte que nunca.

Daichi por su parte no estaba seguro de si sentir tristeza u orgullo hacia su pequeño sol. De todo el equipo era el único que había logrado superarse de tal manera que ni siquiera Asashi u Kageyama son capaces de seguirle el ritmo. La mayoría del equipo sabía que eso era gracias a los búhos. Lo que hacía que todos quisieran agradecerles por haber logrado sacar a Hinata del pozo sin fondo en el que se había lanzado. Por dicha razón sabía que al menos la mayoría estaría en modo sobreprotector hacia su sol radiante por la noticia que daría en unos minutos.

-Bien todos al centro es hora de que el coach hable. Así que presten atención.-Sin más Daichi se sentó en enfrente de su coach. Sabía que era hora, tanto el como Takeda-sensei y el coach Ukai lo habían retrasado lo máximo posible. Pero era imposible evitar lo inevitable por siempre.

-Muy bien como algunos han de saber empezando este viernes habrá un campamento en Tokio. Hemos sido invitados junto con Nekoma, Aoba Johsai, Date Tech y Shiratorizawa. Dicho campamento es ofrecido por Fukurōdani. El coach Ukai ya consiguió las firmas de sus parientes. Partimos mañana a las 5 am. Así que asegúrense de descansar es todo. - Sin más Takeda-sensei salió del gimnasio dejando el restroom en las manos de Ukai.

    Les tomó unos segundos en procesar lo que había sido dicho por su maestro. Aún así una vez lo hicieron algunos mostraron emoción y otros una determinación inquebrantable. Sin más el infierno se desató enfrente de Ukai una vez más, solo que a diferencia de las otras veces. Esta vez un sol anaranjado estaba demasiado rojo como para preocuparse por la emoción de jugar contra todos los otros equipos. Esto hizo sonreír a tres personas y molestó a uno por alguna extraña razón. Era hora de que aquellos que no supieran la verdad se dieran cuenta.

    El jueves a las 5 menos 20 de la mañana Hinata ya estaba frente a la escuela esperando por el autobús y el resto del equipo. Daichi y Suga estaban con el tratando de calmar al sol del equipo. Después de todo llevaban meses sin ver a ninguno de los búhos. Hinata solo los había visto en fotos y video llamadas, por dicha razón no sabía cómo actuar frente a los dos búhos que lo hacían sentir tan extraño. Cuando el resto del equipo llegó se asombro al notar que Hinata no estaba sentado en su lugar usual si no que estaba sentado junto a Suga en el primer asiento.

Hinata One-shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora