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Me desconecto y me pierdo en recuerdos al darme cuenta desde lejos cuánto ha cambiado el tiempo desde que te perdí.
Porque sí, en primavera todo parece florecer de nuevo pero ese vacío que dejó tu pérdida no se rellena con más ni con menos, solo se queda ahí, sobreviviendo.
Decidí salir a caminar un momento porque sé de un lugar lleno de prado vivo, y con eso, esperaba un buen comienzo. Un buen comienzo para lo que es la vida luego de que alguien deja de formar parte de la misma.
Por eso fuí a desconectarme a un lugar hermoso, lleno de árboles frondosos y flores de colores vibrantes. Por un momento me dolió, ¿sabes? es que recordé que este momento creí que nunca llegaría ni siquiera fue una despedida porque lo único que pude decirte fue te veo en un par de días así, el golpe que llegó de pronto lastimó el doble.
Cuando vi la primera flor floreciendo te vi a tí, pensé que eras tú, que de alguna forma habías escuchado mis lamentos y habías decidido volver sólo un momento para estar conmigo para compartir más tiempo.
Puede, y no es concreto, que esa fueses tú puede que estés aquí aún puede que me acompañes en todo momento incluso aun que en los últimos tiempos sólo siento que incluso yo, me ausento.
Porque me encantaba la primavera, ver todo floreciendo de un congelamiento cuando la escarcha va desapareciendo y da cabida a la temporada, que tú sabías, era mi favorita. Termina el frío y la cristalización para transformarse en vida. Cambiando al azul del paisaje en colores vivos y brillantes... Eso me encantaba.
Y no puedo odiarte por arruinarmela un poco pero, ¿cómo la miro y me alegro? Si lo que siento no es más que tristeza y me encogo por todo aquello que pasó y no hice por todo lo que sí hice pero aún así partiste y por todo lo que tú antes de irte nunca dijiste.
Te fuiste sin mí. No, no quiero que me lleves contigo, no aún. Solo no sé cómo explico que me caigo al piso perdiendo fuerzas porque la brisas nuevas no se deshacen de la tristeza.
