El rey Dalien desde hace un par de años pensaba en unir su familia con los Géminis así que espero que las gemelas cumplieran quince años para hacerle tal propuesta a Morgan , emparejar a su hijo mayor con una de ellas sería totalmente beneficioso "para ambos".
Acompañado de su guardia y una docena de empleados encargados de ayudar en lo necesario , desde anunciarlo hasta abrir las puertas para el.
Si bien podía aceptar un no como respuesta la manera en la que fue tratado no lo iba a aceptar , ¿acaso no comprendían que el era el rey? Tal vez había sido muy blando con aquella familia , todos los respetaban y admiraban por ser una de las 12 familias bendecidas , ¿ Si hubieran querido ellos serían los reyes ? La respuesta la conocía y era un sí , eso lo molestaba aún más ,pero ahora tendría la oportunidad de deshacerse de aquella plaga , con la existencia del pequeño Nayet tuvo luz verde para empezar a organizar la erradicación de esa familia.
En otro lugar , ajenos de lo que pasaba una inmensa familia organizaba todo para el cumpleaños del menor de ellos, si bien los sirvientes se encargaban de decorar cada integrante intentaba ayudar , no se podían quedar quietos , aunque después de un rato se aburrían y se iban a otro lado a "seguir ayudando".
Cada vez más cerca al día festivo los parientes empezaban a llegar con más gente y regalos , la casa poco a poco se llenaba .
Un día , faltaba un día para que el menor de la familia cumpliera sus ocho años , antes de las doce de la noche lo empezaron a vestir con los colores de la familia , trenzaron su largo cabello ya que hasta ese día nunca había sido cortado.
A las doce en punto bajó al salón principal acompañado de su familia nuclear siendo recibido por aplausos , silbidos y pétalos de muchos colores.
- Estamos muy agradecidos por su compañía un año más al cumpleaños de nuestro hijo - agradecía Morgan en nombre de su familia - ¡Coman , beban , canten , bailen , que la algarabía empiece !
Tran un animado grito la música empezó.
Tres horas habían pasado y los niños estaban bailando siendo guiados por una de sus tías , se supone que aquella danza que pertenecía a su familia era elegante , seductora , delicada pero llena de energía , las hijas bailaban animosas destacando de sus hermanos que aunque supieran los pasos no lograban lucir tan bien como sus mayores.
Tragos iban y venían , podía ver como una capa de sudor cubría el cuerpo de algunos de los presentes a causa de lo mucho que movían , llegado a un punto de la madrugada unos cuantos se encontraban durmiendo en las sillas otros pidiendo más vino , los peinados y maquillaje de la mayoría se encontraban deshechos más la sonrisa de felicidad era suficiente para deslumbrar a cualquiera.
El pequeño Nayet ya cansado fue donde su madre a preguntar cuando su "hermanito menor" iba a llegar , ella con una sonrisa y amarrando el cabello de su hijo le contestó que muy posiblemente en la mañana.
- Quiero dormir - alzó sus brazos para ser cargado.
- Los niños grandes deben caminar - le dijo su padre bromeando llegando donde ellos.
- Estoy cansado - confesó.
- Está bien - lo cargó - solo por ser tu cumpleaños - miró a su esposa - ve a bailar un rato yo lo llevaré a la cama - tras un beso ella se fue a danzar junto con las primas de su esposo.
Ya en la habitación del niño acostó a su hijo y lo arropó.
- Papá despiértame cuando llegue Daniel
- Está bien , descansa - depositó un beso es su frente , esperó a que se durmiera y se retiró para seguir celebrando en nombre de su hijo.
Ya estaba amaneciendo cuando un olor a quemado alertó a las gemelas Alany y Arwen que se estaban dirigiendo a sus habitaciones, confundidas miraron por la ventana , el bosque que los rodeaba estaba incendiandose y a lo lejos se podía ver a muchos hombres armados que iban a pie y otros a caballo , se vieron entre si para después salir corriendo a avisar a sus padres .
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Signos, la vida secreta
FantasyGritaba, corría, lloraba ... que más podía hacer cuando frente a él todo lo que juró proteger había desaparecido. Se maldecía... los maldecía a todos... el único lugar al que pudo llamar hogar, donde encontró aquel amor que nunca imaginó tener o me...