Prólogo

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✨🍏🍎🍏✨

La casa Blythe-Laicrox estaba hecha una completo desastre. Todos corrían de un rincón a otro, algunos para atender a Delphine que se moría de hambre, y otros para ayudar a John Blythe con sus ataques de tos.

Mary, uno de los pilares de la casa, había muerto hace dos semanas. Y se notaba.

Marilla Cuthbert y Rachel Lynde, dos piadosas mujeres que ayudaban a la familia desde el amanecer hasta la hora del arrebol, eran incapaces de calmar a la bebé a pesar de sus esfuerzos.

Sebastián se sumía en la tristeza mientras escuchaba la situación, su hija necesitaba de su madre, pero no había forma de traerla de vuelta. Gilbert por otro lado, no tenía tiempo ni de pensar, la mente se le nublaba cada que su padre sufría alguna crisis, eso sumado al peso de la muerte de a quien consideraba más que una hermana, era imposible de sobrellevar.

Las horas pasaron y llegada la hora de la cena, un silencio tranquilizador llenó la casa.

—No podemos seguir así.—dijo la Sra Lynde, agotada, mientras le daba un sorbito a su taza de té.—Es imposible.

Bash asintió.—La ausencia de Mary ha dejado un hoyo muy grande...

—Tanto que ninguno de nosotros le hace justicia a su ardua labor.—mencionó Gilbert.

—El vacío que deja la partida de una madre y esposa es muy difícil de suplantar.—aseguró la Srita Cuthbert.

—Por eso deberán conseguir una cuanto antes.—zanjó Rachel, observando a los dos muchachos que tenía en frente, su amiga le dirigió una mirada de reproche.—¿Qué? Oh, Marilla Cuthbert, no me digas que quieres continuar así los próximos meses.

La aludida puso una cara de horror, pero la disimulo lo antes posible.

—Lo que Rachel quiere decir... es que no les vendría mal conseguir una ayuda extra, ¿cierto?

El pelinegro suspiró, ya había estado buscando a una empleada del hogar, pero ninguna mujer parecía querer el trabajo.—Lo intenté, he ido incluso a Charlottetown, nadie parece dispuesto a trabajar para nosotros.

Curiosamente, todos entendieron el porqué. Un señor mayor enfermo, una bebé sin madre, dos hombres dependientes de cuidado y sin mucho sueldo que ofrecer. Condiciones demasiado complicadas para aceptar. ¿Quién querría un trabajo así?

—Una huérfana. Nunca pensé decir esto... pero eso es. ¡Esa es la solución a nuestros problemas!—chillo Lynde, con más felicidad de la necesaria.

—¿Una huérfana, Rachel?—cuestionó Marilla.—No es mala idea pero... no estamos en busca de una niña.

—¿Por quién me tomas, Marilla Cuthbert? Debe ser una muchacha de mínimo dieciséis años.—Gilbert pareció repentinamente interesado por este último hecho, cuestión que la señora Lynde no dejo pasar.—Y no podrá dormir aquí, ya que faltan habitaciones.

El moreno se burló con discreción al notar la vergüenza en el rostro del azabache.

—Nosotros podríamos acogerla.—Matthew Cuthbert habló, después de haber estado en silencio por más de media hora. Su hermana volteó la cabeza en su dirección, sorprendida.

—Matthew Cuthbert, me sorprende tu arrebato.

—No me parece tan ilógico, después de todo solo la veremos en las mañanas y en la hora de la cena.—le planteó.—Green Gables no ha tenido un invitado desde hace mucho.

Su hermana dudó.—Eso dependerá de quién sea la jovencita, estoy segura que Sebastián siendo un padre de familia y Gilbert un joven sensato, la tendrán bien vigilada los primeros días, antes de asegurar algo. Deberíamos pensarlo bien, y luego ver qué tal resulta.

Todos parecieron de acuerdo.

—Bien, en ese caso, ¿quién enviará la carta?—dijo la señora Lynde, después de un minuto.

—Yo lo haré, puesto que se hospedará con nosotros.—aseguró Marilla.

—Me parece justo. ¿Algo que deseen agregar, muchachos?

Bash y Gilbert se miraron entre sí, después negaron con la cabeza.

—Entonces está hecho.

...

Holaaaaaaaaaa <3

Esta historia solía tener otro contexto antes, pero andaba inspirada y siendo honesta,
luego de casi tres años, no me acuerdo que tenía planeado.

Pero aun así espero que les guste, gracias por leer y comentar.

Mucho amor y bendiciones para ustedes.

Atte

Ange🌷✨❤️‍🩹-

∙𝓐𝓷𝓷𝓮 𝓸𝓯 𝓐𝓹𝓹𝓵𝓮 𝓣𝓸𝔀𝓷∙| Anne whit an e | Anne x Gilbert | Shirbert Donde viven las historias. Descúbrelo ahora