∙𝓐𝓷𝓷𝓮 𝓸𝓯 𝓐𝓹𝓹𝓵𝓮 𝓣𝓸𝔀𝓷∙| Anne whit an e | Anne x Gilbert | Shirbert

Capitulo 1

✨🍏 Anne 🍎✨

Nunca nadie me advirtió que hornear sería tan complicado.

Miro con exasperación a Gabriella mientras bato el queso con azúcar.

—¡Oh, vamos, Anne! ¡Bate con pasión ese mascarpone!—su hermano que estaba reparando uno de los focos, entornó los ojos, burlándose de ella.

Noah, Gabriella y yo trabajábamos en una casa italiana todos los viernes y sábados, desde las siete hasta las seis de la tarde.

—Gaby, vamos, a caso no haz visto los brazos de fideo que tiene nuestra pelirroja.

Ella rió, yo lo fulmine con la mirada.—Gracias, Noah.

—De nada, querida.—rodé los ojos.

El orfanato a duras penas nos proveía camas, la comida era un problema serio y dado que ya pasábamos de los trece era nuestro deber conseguir algo para comer todos los días. Hacer pequeños trabajos alrededor de la ciudad era una buena estrategia, algunos nos pagaban con monedas, otros con un buen almuerzo. Daba igual, el punto es que sobrevivíamos, juntos.

—¡El tiramisu esta listo!—mencionó Gabriella con alegría, sonreí aliviada.—Solo falta la salsa para la pasta amatriciana y serviremos la cena.

Mire los ingredientes en la mesa, los italianos tenían una forma curiosa de comer, pero no iba a negar que sus platillos eran deliciosos. La primera vez que probé la lasagna pensé que estaba soñando. Los mellizos eran mitad italianos y mitad ingleses, pero siendo honesta, no lo parecían del todo. Gabriella tenía ojos verdes, cejas pobladas y el cabello oscuro y rizado. Ella si parecía del mediterráneo. Noah por otro lado era rubio, de ojos azules y mucho más bronceado que su hermana. Un londinense en toda regla.

Las horas pasaron y una vez terminamos de limpiar todo, tomamos nuestras cosas y nos fuimos del lugar. Estábamos muy cansados, pero eso no le impidió al rubio hacer sus payasadas. Reí al ver como le guiñaba el ojo a una chica que nos encontramos a las afueras del orfanato, era un mujeriego de medio tiempo.

—Mi damisela.—me ofreció su brazo, yo lo tome divertida.

—Mi caballero.—respondí. Su hermana nos sonrió con complicidad.

Noah fingía ser uno de mis pretendientes dentro del orfanato, ¿la razón? Bueno, hace unos meses tuve un altercado con un chico... al enterarse se enojó mucho y expuso ante todo el mundo que yo era su prometida, y que si se metían conmigo se metían con él también. Resultó mejor de lo que Gaby y yo esperábamos, supongo que toda mi vida sobreestime los límites de la sociedad.

Cuando una mujer tiene a un hombre de su lado es más fácil que la respeten. Aunque suene lamentable, así es. Mucho más en un lugar donde abunda la malicia.

Suspire rendida antes de tirarme en la cama, fue un buen día. Pero a veces me sigo preguntando, ¿qué se sentirá ser parte de...? No, Anne, tu ya tienes familia. Gabriella y Noah son tu familia. Me repetí, por centésima vez. No es que su amor no fuera suficiente... solo que, de cierta forma quiero sentirme más... más protegida. Más envuelta, más... estancada con alguien. No es la palabra que busco, sin embargo le queda a la perfección. Quiero que alguien me quiera tanto que me sostenga aun cuando quiero volar, alguien que me sugiera caminar cuando deseo correr. Que me diga que me dentenga, que la vida no debe vivirse apresuradamente. Quiero confiar en alguien con totalidad, tener a alguien con quien llorar sin avergonzarme, quiero...

—Quiero una mamá y un papá...—susurré antes de darme cuenta que estaba llorando. Oh, Anne Shirley, ¿es en serio? Me limpié las lágrimas con rabia y me puse a pensar en el pasado, ¿habría cambiado algo? Si, muchas cosas, demasiadas. Ya no hablaba como antes, ni era tan expresiva, ya no contaba historias... ni imaginaba escenarios inexistentes. Mi energía parecía haberse acortado, no al nivel físico... sino emocional. ¿Qué me pasó? ¿Me cansé? Después de tantos años viviendo en lo mismo, ¿de verdad estaba cansada? Lo peor del caso es que estaba viviendo mejor que antes, no cuidaba niños pequeños por montones, tampoco dependía de alguien abusivo, era yo... solo yo y mi pobre existencia.

¿Qué tenia aquello de complicado? Nada, absolutamente nada. Iba y venía como quería, me buscaba un plato de comida a diario. Y tenía dos personas que me querían y veían por mi. Pero no se sentía bien, ¿por qué? Tal vez porque sabía que ellos también sufrían, tal vez porque a veces la necesidad de dejarme caer era grande, pero no podía hacerlo, ellos no iban a reconstruirme si también querían dejarse caer.

Mire a la luna por una de las ventanas, y me reí con amargura.

—Tienes mala suerte, Anne.—me dije a mí misma antes de dormirme.

...

Gabriella y yo nos levantamos dirigiéndonos al muelle, hoy nos tocaba comprar carnes para el almuerzo y a los De Lucca sólo les gustaba la calidad que manejaban una familia de franceses; los Baynard.

—¡Hola Jerry!—saludé animada.—¿Qué tienes hoy para nosotras?

—Hola, Anne.—me sonrió, luego dirigió su mirada hacia mi amiga.—Srita. Gabriella.—ella correspondió el saludo.—Lo que gusten, ¿qué les pareció a los De Lucca el andouille de la última vez?

—Les fascino.—confesé.—De hecho nos mandaron a felicitar la sazón de tú madre, sus embutidos son los mejores.

—Merci beaucoup.—agradeció.

Después fuimos directo a la casa, en el camino nos cruzamos a Noah, quien había salido a hacer unos recados para la familia.

—Hermanita.—dijo divertido despeinando a la rulosa.

—¡Noah, sciocco insopportabile!—chilló, comenzando a corretearlo.

—¡Amore mío! ¡Sálvame!—gritó, yo rodé los ojos.

—Tú te lo buscaste.—dije sin un rastro de compasión.

—La mia bella, me ofendes.—mencionó con dramatismo.

—Deja de ser tan chamullero, Noah.—advirtió su hermana, me reí a carcajadas, divertida.

—La donna più bella del mondo ha riso.*—musitó, aunque no pude entender nada, pareció que Gabriella si.

—Siete fortunati che non ci capisca...* concéntrate en el trabajo y smettere di guardarla come un pazzo innamorato.*

Entrecerré los ojos.—No es justo, no entiendo nada.—me quejé.

Gaby sonrió.—Mejor así por el momento.

Bufé, exasperada.—¡Algún día aprenderé italiano para entender todo lo que dicen a mis espaldas!

El rubio pareció complacido.—Me parece perfecto.—su hermana lo miró con incredulidad.—¿Qué?

—Nada, tonto, nada.

Y así entre risas y burlas nos dirigimos hacia otro día de trabajo, que sería parecido y diferente a partes iguales. Pero lo haríamos juntos, apoyándonos, queriéndonos y protegiéndonos mutuamente.

Como una familia.

...

Holaaaaaa capítulo 1, espero les haya gustado.

Mucho amor para ustedes <3

Ange 🌷✨❤️‍🩹=