Historia de epicidad y fantasia adolescente.

Neve alle caviglie

-¡Un gusto conocerlos, vuelvan pronto!. -Exclamó Cacho.

Keanu volteó hacia el pequeño y lo saludó agitando su mano energicamente.

-Bueno, por suerrte la caverrna de los orcos está a poco más de dos días a pie. -Vociferó alegremente Lúdico-

Las caras horrorizadas de Leticia y Keanu hicieron presencia ante tales palabras.

-¿Qué..!. No me lo creo, moriremos aquí fuera, es nuestro fin. -Dijo alterado Keanu-

-¿Es una broma, cierto..? -Cuestionó la muchacha-

-Emmm.. De hecho, sí. Ya -Lúdico se detuvo en seco- llegamos.

El mago junto a los dos jovenes estaban en el borde de una pendiente vertiginosa cuyo descanso era la entrada a la caverna.

-¿Esos son... Guardias..?

-No son cualquier guardia, son los guardias de la entrada.

Toda seriedad en la conversación había sido destrozada con las palabras de Lúdico, esto se vio reflejado en el rostro de Leticia.

-Oh, gracias no me había dado cuenta. -Dijo sarcasticamente-

-¿Eso qué significa..? -Preguntó Keanu-

-Que el rey está dentro.

-Y que habra un banq...

Leticia y Keanu cruzaron miradas, como formulando una misma pregunta.

-Banq.. ¿Qué..?

-Banquete. -Terminó Lúdico-

-Bueno, suponíamos que se lo podrían comer pero ahora ya es un hecho.

-¿Que se les ocurre..? -Preguntó Lúdico-

-Em.., podríamos distraerlos con algo de su interés. -Dijo Leticia-

-Tno, Tno. -Chasqueó Keanu a modo de negación-

-Pero..

-No me van a volver a usar de carnada. -Negando con la cabeza-

-Podría..

-Me niego, rotundamente.

-Bueno, lo intentamos. -Cerró Lúdico-

-Ajá, bueno.. ¿Qué alternativa nos queda..?. -Preguntó la joven-

Keanu maquinó algo dentro de su revoltosa cabellera roja y cuando estuvo a punto de soltarlo se oyó algo entre los oscuros y nevados pinos que los rodeaban.

-¡Leticia, las bayas! -Ordenó Lúdico-

Leticia sacó rápidamente las bayas de su bolsillo y les dio una a cada uno. Al comerlas comenzaron a desaparecer progresivamente.

El ruido se reiteraba una vez mas pero esta vez lo hacia con mayor fuerza y frecuencia.

-Vamos, Vamos... -Exclamó impaciente Lúdico-

Una luz comenzaba a hacerse visible entre la oscura densidad del los pinos y era cada vez más intensa.

Keanu miraba sus manos, aún no desaparecían, a diferencia del resto de su cuerpo.

La cabeza de un orco asomo de entre las coníferas, en ese momento exacto fue en el que el cuerpo de Lúdico desapareció por completo, justo antes de lograr ser visto por el inmenso ser.

-Bolognius. -Dijo para sí mismo-

-Emm.. ¿Lúdico..? -Dijo Keanu -

Sus manos aún no desaparecían y no sabía que hacer con ellas.