El Rey Tirano.

La trampa

--Debes ir a la taberna ahora mismo, Lu Han. Pide a la tabernera su poción para el resfriado y haz como que estás enfermo -- pidió el ministro Park al llegar a su oficina -- Necesito que lleves esta información para el rey. Yo voy a hacerme loco a las tiendas para comenzar a planear un compromiso lo más fastuoso posible.

-- Enseguida señor -- respondió el OMEGA tomando el papelito que se le entregaba -- ¿con la misma chica?

-- No; tu eres OMEGA, por lo que se acercará a ti un ALPHA o un BETA para "molestarte". La chica va a ir a espantarlo y te dará una indicación indicándote si es el ALPHA o BETA que necesitas. Cuando estés seguro le entregarás el papel. 

-- De acuerdo, señor -- dijo el chico -- voy enseguida.

-- Ten mucho cuidado amigo -- pidió Hyung Sik al OMEGA --  No quiero que te pase nada.

-- No se preocupe señor -- sonrió el joven de manera adorable -- soy bueno defendiéndome y tengo el antídoto.

Salió del lugar mientras Park recogía algunas bolsas de monedas de oro y se preparaba para salir del lugar. Cuando estaba a punto de salir escuchó que la puerta se abría y entró el ministro Yang. El joven lo saludó con una inclinación, con un semblante completamente pacífico.

-- Buenos días ministro. ¿A qué debo su visita? -- preguntó con tono mesurado.

-- Buenos días ministro Park -- saludó el personaje -- supe por tu padre que ibas a preparar la fiesta de compromiso y quisiera acompañarte en tus visitas de selección. Me gustaría que mi hija tenga una fiesta de compromiso como corresponde a su rango.

-- Por supuesto, ministro. Justo en este momento me estaba preparando para salir -- contestó el joven, mostrando las bolsas de oro que llevaba sujetas al cinturón -- como ya estoy listo, podemos irnos.

-- Perfecto -- dijo el viejo, admitiendo para sus adentros que el chico se veía muy decidido y muy satisfecho de la cantidad de oro que parecía dispuesto a gastar -- vamos entonces. Por cierto, no veo a tu ayudante. ¿Dónde está ese joven impertinente?

-- Oh, llegará más tarde. Me avisó que llegaría tarde hoy -- contestó Hyung Sik como sin darle importancia -- ha estado un poco resfriado y le recomendé unas bebidas de la taberna. La señora Muyn Jin hace unos tónicos especiales.

-- Y dime, ¿te acuestas con ese chico? -- preguntó el ministro con desparpajo -- es muy leal a tu persona.

-- No lo hago, lo respeto mucho por el trabajo que es capaz de desarrollar -- contestó el joven ministro, pero luego, recordando el trato que esos hombres daban a los OMEGAS, añadió con una sonrisa -- pero no me disgustaría alguna vez probar suerte con él...

-- ¡Vaya sorpresas que se lleva uno! -- contestó el viejo Yang -- no te reprocho eso, es muy atractivo y está a tu alcance. Lo único que exijo es que cuando andes en tus aventuras procures ser discreto y nunca le faltes al respeto a mi hija en su presencia.

-- Por supuesto ministro -- contestó el joven muy seguro -- no quiero estropear la buena relación entre las dos familias.

Durante tres horas se dedicaron a visitar diversos comercios donde Park Hyung Sik fue adquiriendo lo necesario para su fiesta de compromiso. Reservó algunos vinos de gran calidad y de sabor dulce para la fecha señalada, adquirió algunos manjares especiales y gran cantidad de fruta, lo que era un lujo inaudito. Grandes pasteles de arroz fueron encargados y se contrató a un cocinero para la preparación de los alimentos del día. También adquirió sedas y telas primorosamente bordadas, para entregar a la familia de la novia como presente y algunas joyas hermosas, de oro y perlas, entre ellas 10 horquillas para el pelo, 5 pares de aretes y dos gargantillas, que serían entregadas a la novia el día del evento.