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Sí, acepto.

¿Ya cuántas semanas de eso? ¿Cinco? ¿Seis? La vida en el mar se había vuelto tranquila y el tiempo fluía igual que el agua. Al último descubrieron que no me había quedado cuidando de Sunny, y obviamente recibí el castigo que me impusieron, así que ahora tenía más días de guardia. Nadie tocaba el tema de la boda porque no querían hacerme sentir mal, hasta el mismo cocinero me había dejado en paz un par de semanas. 

Pero algo que ninguno de ellos había notado, era que ya no me afectaba en absoluto; digo, no es que mis sentimientos a esa mujer hubieran desaparecido o que si ella ahorita se apareciera ahorita diciéndome que me ama, no le diría que sí ¡Claro que lo haría!, me enfrentaría a quién tenga que enfrentarme por esa mujer. Solo que; al verla tan dichosa, hermosa y segura del paso que iba a dar, solo atiné a abrazarla y darle un beso muy fuerte en la frente, para luego retirarme por la puerta, ya no me importó si me veían o no; aunque al final me encontré con Nami que obviamente molesta, asignó mi castigo. Y aunque en otras situaciones hubiera dado batalla sobre el abuso de su carácter, esta vez solo asentí y me retiré de vuelta al barco con un vacío muy enorme en mi pecho.

Ya en el nido del cuervo, solo atiné a seguir bebiendo y no salí de ahí en los tres días que estuvimos en esa isla; el cocinero a regañadientes subía a donde estaba y me dejaba comida que tragaba con dificultad. Sería mentir que no lloré, lo hice, dejé salir toda esa frustración que se acumulaba dentro de mí, la rabia y el odio que me tenía por haber dejado que se fuera. La única mujer que me había interesado de verdad, ahora le pertenecía a otro y llevaba su nombre.

Que genial hubiera sido Roronoa (tn)_______; pero no, ahora ella llevaba el apellido Charlotte e iba a concretar una familia con él. En vez de niños con pelo (tc)______ o niñas de pelo magenta, me hubiera gustado una niña igual a ella, con sus ojos enormes, su sonrisa con un mini hoyuelo del lado derecho, sus cachetes que me encantaban morderlos cuando se enojaba y quizás con cabello verde. Pero eso ahora solo quedan en sueños, sueños que ya no podrán ser; no me costaba nada añadir un sueño más a la lista que ya tenía; ser el mejor espadachín era mi prioridad, claro que sí, se lo prometí a ella; pero no me costaba nada tampoco prometer algo a otra mujer, mi terquedad lo hizo difícil y mi estupidez lo hizo imposible. 

No creo que llegue alguien más a mi vida que me haga de nuevo tambalear, ninguna como ella, con esa personalidad tan fuerte y su sensualidad a flor de piel, su manera de llevarme la contraria y su resistencia. Ahora solo me queda desear a cada estrella que pase, que me permita viajar en el tiempo y revierta todo desde el primer día que empezamos con todo esto.

- Zo...Zoro, espera, estamos e...ebrios.

- No - reí - solo tú lo estás, pero no te preocupes, no pienso hacer nada.

- Mmmh, ¿Porqueeee... no? - ella acariciaba mi pecho desnudo con sus dedos, producto de que con estos jugueteos me había sacado la camisa.

- Mujer - negué - tú misma me estás diciendo que no, y estás ebria.

- Mmmmh, y... y si nooo lo estuviera...

- Si no lo estuvieras, esperaría al día de mañana para poder follarte - la besé - pero hoy no, así que métete a tu cuarto y ve a dormir.

- Mmmmmh no es justo... - me regaló sus cachetes inflados y volteó con intención de abrir su puerta a lo cual solo reí y le di una nalgada - ¡Oye!

- Para que no se te olvide mañana - le guiñé el ojo y me retiré solo escuchando como bufaba.

Quién iba a decir que ella había tardado una semana en entender mi indirecta; yo actuaba como si nada riéndome de como ella se sonrojaba cada vez que me veía, y cuando se dio cuenta, me buscó en el nido del cuervo con una botella de sake y lista para entregarse a mí. Pero ahora solo mentalizó una lista de "nuncas".

Nunca debí ocultar lo que sentía, nunca debí minimizar sus sentimientos, nunca debí dejar de hacerla mía, nunca debí dejarla ir a Wholecake, nunca debí dejar que sintiera celos de Hiyori, nunca debí de ignorar sus llamados, nunca debí dejarla plantada, nunca debí dejar que ese comandante idiota se convirtiera en aliado, nunca debí dejar que ella pasara tiempo con él, nunca debí de rechazarla cuando ella me dijo que me amaba y nunca debí dejar que ella se enamorara de alguien más.

Pero al final, tomaré tu fortaleza (tn)_______, seguiré adelante y ahora no solo seré el mejor espadachín del mundo solo por Kuina; sino también para que lo que más amaste de mí se fortalezca y siga perenne, que ese idiota te ame igual o más que yo, porque si te hace algo, yo mismo voy a ir a matarlo. Te amo (tn)______ y perdóname por darme cuenta cuando ya no había oportunidad.

Fin

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¿Habrá más?

Ya no hay oportunidad (Zoro Roronoa x Reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora