One Shots (MJin - BinWoo - RockSan)

Propuesta (Moonbin x Eunwoo/corto)

En un atardecer, yo le prometí que estaría a su lado eternamente y él no podía parar de reír por lo nervioso que estaba.

Puse el anillo en su dedo. Sin avisarle, sólo sucedió en el momento. Él jamás lo esperó porque salí con la vestimenta que uso regularmente todos los días.

Lo miré y dije que lo amaría hasta que mi corazón deje de latir.

Dejó de reír, pero pude ver las lágrimas en sus ojos y una especie de sorpresa, de todas las emociones juntas.

— ¿Quieres ser mi esposo, Lee Dongmin? — le pregunté con timidez y asintió rápidamente.

¿La verdad? No pensé que me respondería tan rápido. Pensé que me diría que estaba loco y que no estaba preparado para aquello, siempre le respondía eso a sus fans y siempre yo estaba totalmente de acuerdo. En el día, se le proponían como 40 personas diferentes, incluso muchísimo más.

— Yo ya soy tu esposo — respondió apenas, sumamente sonrojado, pero con una sonrisa tan amplia y tan sincera que me cegó por completo. Como siempre.

— Esto es por formalidades...— bromeé y tomé su mano. Siempre su mano estuvo cálida mientras que la mía siempre estaba fría. Pero ahora su calidez era parte de mi vida.

Por fin ese hogar era completamente mío y no hablo de la persona, de poseer a alguien, o algo por el estilo, sino de su corazón. Ese era mi hogar. Ese siempre fue mí hogar, solo que ahora podía habitar allí libremente.

— Te amo, Moonbin... ¡No me esperaba esto! — me dijo, mientras soltaba una risita nerviosa, típica de él y con la otra mano se secaba las lágrimas — ¡Eres maravilloso! Siempre sabes cómo enamorarme más...—

— Hace mucho tiempo, en un programa, tú hablabas sobre el matrimonio y la forma en la que querías encontrar a una persona que te escuchara, que no te juzgara y que siempre estuviera de tu lado — le dije, cálidamente y él asintió — también lloraste y juro que me prometí jamás hacer nada para lastimarte, me juré ser la persona que esté ahí para ti cuando lo necesitaras, y desde que te vi por primera vez, la vida me puso de tu lado. No elegiría otro lugar, sólo te veo a ti —

— Ya me tienes en tus manos ¿Qué más quieres de mí? — preguntó divertido, entre lágrimas y me encogí de hombros — deja de enamorarme — terminó y me apretó la mano fuerte. Sonriéndome. Las cosas estaban dichas, su mirada me lo decía todo.

— Es el don de la luna, siempre enamora y no pierde nunca su brillo — me hice el seductor y él me miró rodando los ojos — es mi venganza, tú me enamoras con sólo existir — terminé con una sonrisa dulce.

La sonrisa, de la que, según él, se enamoró.