One Shots (MJin - BinWoo - RockSan)

Fallen - (Binwoo)

Había vuelto del servicio militar, el que debíamos tomar aquí en Corea del Sur. Fueron dos años interminables en los que extrañé demasiado a mi familia, a mis amigos, al grupo y a él. Ahora, era un hombre de 32 años, más o menos maduro, que lo único que buscaba era ser feliz a lado de las personas que amaba.

Él no había vuelto. A Lee Dongmin lo habían hecho quedar un año más. Nadie sabía por qué pero dijeron que había complicaciones. En las últimas semanas no había respondido mis cartas y mi corazón dolía muchísimo.

— Moonbin, seguramente volverá pronto... ¡Sabes que él te contestaría de inmediato! — exclamaba mi hermana MoonSua, dándome palmadas en el hombro. Por más de que esas palabras me consolaran por unos momentos, siempre llegaba la noche en mi corazón, siempre llegaba la noche en mi vida y lo extrañaba demasiado... A todas horas.

Dime cosas que nunca dijiste en voz alta

Intenta ir allí si puedes

Muéstrame las partes tuyas de las que no estás orgulloso

Quiero saber, solo soy un hombre

Myungjin y Jinwoo estaban felizmente casados, Minhyuk y Sanha adoptarían un hijo, todo marchaba bien para los miembros. Estábamos planeando un comeback, pero faltaba un miembro.

— Sé que es duro, Moonbin... Pero no pasó nada malo, seguramente volverá pronto —

Practicábamos duramente todos los días, yo seguía mandando cartas que no tenían respuestas. ¿Y si no volvía nunca? ¿Y si simplemente se fue? ¡No! Lee Dongmin jamás haría eso. Por lo menos, yo sé que él vendría a explicarse. Jamás nos dejaría así como así.

Mi corazón lo amaba desde que lo conoció una hermosa tarde de verano. Al comienzo, todos pensaron que me llevaba mal con él, que no lo quería, incluso él llegó a pensarlo, pero lo que en realidad me pasaba era timidez. ¿Acaso saben lo que se siente estar frente a alguien como Cha Eun Woo? Te abrumaba con solo sonreír.

Te haré saber que tengo días buenos y malos

Vamos, ahora, amor, no seas tan ingenuo*

Coloca nuestras cartas y verás todos mis errores

Bueno, no me importa mientras estés conmigo

Aquel día, me había quedado en la sala de ensayo, se aproximaba el comeback y me sentía demasiado cansado. Aún más cansado por el hecho de que me sentía triste y solo. Todos estaban felices, y realmente eso me ponía feliz también, pero quería a mi chico a mi lado.

Me senté a descansar un rato en el sofá que había en nuestra sala de ensayo. Quizás me había quedado dormido porque volví en sí cuando sentí que alguien me acariciaba el cabello.

Abrí mis ojos con gran dificultad y escuché una risita. Una risa que por más que haya pasado 3 años sin escucharla, la reconocería sin dudar. Me senté de golpe, mareado y todo, miré a mi costado y ahí se encontraba. Se veía tan hombre. Siempre fue un hombre, pero se veía tan maduro. Había cambiado mucho pero no lo hizo el brillo de sus ojos y su luminosa sonrisa.