El club de los que no existe [Identity v]

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Capitulo 01: Chivo expiatorio

El orden y el control es algo que a los seres humanos les gusta mantener, lo buscan con tanta insistencia debido a lo desastrosa que puede ser su vida.
Los integrantes de la mansión de los supervivientes no eran la excepción después de todo el juego al cual habían aceptado unirse hacia sus vidas aún más desastrosas de lo que podrían ser.

Sin embargo hay sentimientos y emociones que no pueden ser controladas, el odio, la envidia,la molestia, entre muchos otros sentimientos y emociones negativas; son muy difíciles de lidiar con ellos, por lo cual se debe buscar a alguien que sea capaz de recibir todos estos sentimientos y enociones para poder preservar el orden.

Lucky guy había sido elegido para llevar esa carga, no obstante, este no habia aceptado esta situación. Lo habían convertido en el chivo expiatorio de la mansión siendo culpable de todo aquello que no se podía controlar.

– Otra partida perdida gracias a él, si tan solo hiciera las cosas bien.

El enojo de Fiona era evidente, ser lanzada en la silla no era de su agrado y como siempre, a pesar de no tener la culpa, Lucky era culpado.

– Lo siento debí ser más rápido al entregarle el balón a William.

En estas situaciones, el chico afortunado solo podía bajar la cabeza y pedir perdón hasta que todo se acabará, si intentaba algo diferente lo más probable es que recibirá una bofetada proveniente de la mujer.

– Es que no entiendo ¿Cómo puedes ser tan inútil? Buscar Herramientas en los cofres no es nada difícil pero aún así lo haces mal.

– Bueno, bueno, será mejor que paremos con esto Fiona, el que le digas lo inútil que es no hará que se le quite, será mejor dirigirnos al comedor ya casi es hora de la cena.

Cómo de costumbre el Mercenario interrumpía un poco para que aquello terminará, ya que si no intervenía alguien aquello se prolongaría todo el resto del día.

– Ya que, Lucky guy más te vale no volver a cometer los mismos errores o me las pagarás.

La mujer se fue molesta del lugar, provocando que aquellas personas que se encontraban junto a ellos en el lobby se dispersaran directo al comedor, dejando solo al chico que por fin pudo respirar con tranquilidad al sentirse solo.

Un suspiro se escapó de sus labios mientras llevaba su mano a su pecho intentando calmar su corazón agitado por lo sucedió, realmente pensaba que Fiona lo golpearía por aquello. Aunque en realidad no había sido su culpa el que los demás no la hayan podido rescatar, él quiso intentarlo pero recibió gritos de parte de la mujer exigiendo que se fuera de ahí y no cometiera ningún error.

– Será mejor que vuelva a mi habitación antes de que alguien venga.

Susurrando para si mismo, el chico se dispuso a subir las escaleras aunque fue detenido por una voz muy seria a sus espaldas.

– Lucky guy espero no estés pensando en saltarte la cena como es tu costumbre.

El nerviosismo en el afortunado era evidente demostrando que lo mencionado por la mujer era exactamente lo que planeaba hacer.

– Se-...Señorita Emily... Por supuesto que no, yo... Yo solo iba a lavarme las manos, ¡Si! Eso es lo que iba a hacer.

– Lucky es un muy mal mentiroso.

El comentario de Emma avergonzó al chico, este había olvidado que Emily y Emma suelen estar juntas todo el tiempo, sabía que la doctora nunca dejaría al descubierto sus mentiras pero la jardinera era otro caso completamente diferente.

– jeje n-no es mentira Señorita Emma.

– Bueno, en cualquier caso, espero que no lo intente, atenderlo por estás situaciones sería una gran molestia así que espero verlo en el comedor después de que regrese de asearse.

– Nos vemos en el comedor Lucky.

Las palabras de Emma habían apaciguado un poco la amenaza de la doctora, aún así el hecho de ser llamado una molestia le había afectado un poco, por lo que decidió subir rápido las escaleras para poder hacer lo antes mencionado,

– Solo soy una molestia para ella, suficiente tiene con las heridas causadas en las partidas para que yo le genere más problemas.

No le tomo mucho tiempo lavar sus manos y regresar al comedor. Primero abrió la puerta levemente para poder ver quiénes estaban y dónde se habían sentado, de esta formar buscaría el lugar más alejado dónde no causará molestias ni hiciera que alguien descargara sus emociones negativas en él.
No todos hacían eso en realidad, algunos preferían ser indiferentes y no decir nada más que un "Si es alguien muy inútil" pero aún así prefería ser precavido.

Pudo notar que su lugar de siempre estaba libre, al rededor de este siempre había asientos disponible que nadie quería ocupar, aquello era una ventaja para él. Rápidamente y en silencio atravesó el comedor dirigiéndose a la cocina para poder tomar su porción de comida y así ir a su lugar.

Una vez sentado en su asiento y con su porción de comida, se dispuso a comer lo más apresurado posible, el estar con todos lo hacía sentir vulnerable como si en cualquier momento lo fueran a atacar con palabras mal intencionadas.

Para su fortuna la cena paso muy rápido para él, permitiendo que regresará rápido a su habitación donde se encerraría hasta el día siguiendo que tuviera que participar el las partidas.

* Hoy fue un gran día a comparación de otros, mi equipo fue lanzado en una silla y fui culpado por eso pero al menos no fue peor como otras veces. *

En eso consistía el diario del chico afortunado, en escribir un poco sobre las partidas y el hablar de cómo servía de desahogo de las emociones negativas de algunos, si revisabas un poco más el diario, podías encontrar los relatados de esos "días peores".

Con tranquilidad el joven cerró el diario al terminar sentándose cerca de la ventana para poder mirar el cielo que lo hacía sentir bastante feliz, aquello lo hacía sentir bien y menos miserable de lo que ya era el resto del día. En ese momento, sus acciones eran solo suyas y no afectaban a nadie más.