#11 Un adiós inesperado

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—¿Aquí es donde viven? — cuestiono Tewkesbury estudiando toda la habitación con una sola cama diminuta en donde claramente una caía & otra... no, su respuesta fue contestada con una silla al lado de la ventana con una manta acomodada para entender que una de ellas dormía todas las noches ahí —. ¿No crees que esa silla es demasiado incómoda para que duermas todas las noches en ella?

—Es mejor que el suelo.

Le sonrió (t/n) abriendo la ventana para permitir que el viento se adentrase al interior mientras Enola se encargaba de lo suyo. Tewkesbury asintió, sin querer cuestionar más las cosas, a (t/n) se le veía bien y sin mucho cansancio o dolores musculares tras dormir en esa silla.

—Conseguí un hospedaje mucho mejor que este — se burló él.

—La mujer que nos lo rento explico que era un buen lugar.

—Hm... pues esa mujer las engaño — dijo con una pequeña risa de burla, quitándose la chaqueta. Aunque desviando su atención a la ropa interior de Enola que estaba a la vista cuando (t/n) se interpuso en su visión, algo que Enola agradeció en silencio.

—Solo tengo una cama así que dormirás en el suelo, la silla está ocupada por (t/n) como ya lo has descubierto.

Él asintió con calma en cuanto observo a (t/n) sentarse en su silla de aspecto incómodo para permitirse un descanso corto en todo ello. Además de lidiar con algunos dolores de cabeza debido a su pérdida de memorias, se permitió a si misma cerrar sus parpados para relajarse, ignorando la mirada de Enola en ella.

La preocupación de no poder aliviar todos sus dolores completamente.

—Te vez exhausta — comento Tewkesbury, interrumpiendo su descanso.

—Solo... tengo unas jaquecas, nada más, estaré bien.

—¿Segura? — pregunto con interés —. ¿A caso es por tu... matrimonio?

Matrimonio; una gota de tristeza se pasó en Enola al rememorar todo ello, el anillo de compromiso en su dedo que termino perdido ese día en el tren, en que provenía de una familia de alta clase como Tewkesbury, que (t/n)... debía regresar con su familia, con su prometido.

Incluso si no los recordaba era su deber regresar.

—Si no dejas de verla así te asesinare vizconde irritante — exclamo Enola para cambiar el tema de conversación sin esperar que sus palabras trajeran una sonrisa en el rostro de (t/n), y cierta realización cayo en Tewkesbury.

—¿Qué? — rio el con suavidad al entender que ciertas emociones estaban ahí & aunque otros dirían que no era nada normal a él se le pareció adorable. — Solo... pienso que nadie nos quiere, eso es todo, nos tenemos al otro, nada más que eso.

—Es mejor que nada...

Asintió (t/n) enderezándose en la silla en esa tarde tan silenciosa antes de que Enola se levantase con la idea de preparar té. Huyendo de temas importantes, romance, escapando de la mirada de (t/n) porque sentía derretirse bajo esta mirada tan adorable, pero también se recordaba que ella solo estaba destinada a casarse.

Quería ahogar todas esas nuevas emociones que la asustaban.

—¿En serio crees que mi vida está en peligro? — cambio de tema Tewkesbury, persiguiendo a Enola alrededor mientras (t/n) permanecía en la silla con una sonrisa divertida. — ¿Pero, por qué?

—Tu pasado & tu futuro.

—¿Y eso que significa?

—Tu familia — contesto Enola con simpleza —, no mando un detective a buscarte, pudieron, pero no, en su lugar enviaron a un matón.

—¿Por qué me querrían muerto?

—Incontables razones, tus tierras, propiedades, titulo, linaje, las razones porque querían a tu padre muerto. La codicia cambia a las personas, Tewkesbury.

—¿Estás diciendo que crees que mataron a mi padre?

—No lo creo, lo sé.

Nervios; temor, todo eso mezclado cuando la vista de una mano enguantada se presentó en la línea de visión de (t/n) cuando empujaba la puerta usando el sonido de la tetera para pasar desapercibido, ella se levantó mientras tragaba saliva queriendo encontrar algo con lo cual defenderse, pero Enola gano esa idea al tomar la propia tetera que lanzo en contra del extraño.

El día calmado termino en su final cuando Enola corrió a tomar la mano de (t/n) al otro lado de la habitación porque no se perdonaría a si misma abandonarla. Corriendo escalones arriba con sus manos aferrándose a la otra con fuerza, queriendo dejar al otro hombre atrás, cerrando la puerta para bloquear su camino.

—¿¡Y ese quién es!?

—¡El mueble! — exclamaron ambas al mantenerse al lado de la puerta, usando la fuerza de los tres para dejar el mueble a un lado de la puerta.

—¡Señorita Holmes, señorita Ainsworth!

Vocifero Lestrade al otro lado de la entrada bloqueada, empujando sin un final cuando revelo saber la identidad de ambas adolescentes. Los ojos de Tewkesbury se abrieron como platos al saber la identidad de (t/n), era proveniente de una familia importante, una de las bodas más importantes por venir, y estaba a su lado como si nada.

Escapando, porque eligió huir de ese destino.

—¡Inspector Lestrade quiero reportar un intento de homicidio, debería estar de nuestro lado! ¿Ven la ventana de allá?

—¿Qué...? — susurro (t/n), porque esa línea no termino con gustarle del todo, su corazón estaba agitado cuando yacía en medio de ambos, sus ojos fijos en los de Enola.

—Los llevara al tejado, necesito que salgan y desaparezcan cuanto antes.

—¡No, no... Enola, no podemos dejarte aquí! — exclamo (t/n) sintiendo sus ojos llenarse de lágrimas nuevas, no quería llorar ahí, pero... la idea de dejarla atrás dolía.

—¿Irnos sin ti? — continuo Tewkesbury, de acuerdo con (t/n), no dejaría atrás a su amiga.

—Tengo que detener la puerta.

—¡Pero también tienes que escapar!

Exclamaron (t/n) & Tewkesbury al unísono.

—Si te atrapan tu vida estará en peligro... y si te atrapan (t/n), tendrás que casarte y sé cuánto no quieres ese destino para ti. Yo... solo váyanse, ¡Ahora!

Una despedida inesperada en medio del desastre cuando (t/n) tuvo que correr al lado de Tewkesbury que nunca soltó su mano cuando le dio una ayuda a abandonar la habitación por la ventana con una lágrima resbalando por su mejilla al observar una última vez a Enola antes de que ella se escapara con Tewkesbury.

Obedecieron a Enola incluso si eso no era lo que ansiaban hacer, porque algunas decisiones eran destinadas a ser difíciles de aceptar, porque Enola quería salvarlos a ambos.

En la mente de Enola resonó como un eco a la distancia de sus deseos más honestos: "Por favor... mantenlos a salvo, que (t/n) no sea encontrada." Porque la idea de verla casada con otra persona le dolía profundamente en el corazón incluso si no lo diría fácilmente en voz alta, solo quería que ambas volviesen a encontrarse, protegerla de todo mal.

Porque estaba comenzando a amarla. 

Kiss The Girl {Enola Holmes & Lectora} FinalizadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora