#01 No eliges tu vida

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Difuso, las acentuaciones le hicieron estremecer desde su asiento en auto bus, cada auricular borrando los rastros de un mundo real & grisáceo, los acertijos en las palabras cantadas con sincronía a la melodía amarga describiendo su vida realista en cuestiones de intentar enfrentar cada uno de sus temores, con respuestas difíciles de encontrar, perdiendo la fe en las noches, nunca tendría un sitio al cual llamar su hogar, su refugio de todo lo malo, incomoda en el asiento achatado que le toco, acudía a la música en su reproductor de música, con evidentes intenciones de zambullirse en otro mundo donde pudiese librar de diversas formas, sería una persona diferente, más valiente, menos silenciosa, libre, sería libre.

Temblaría con la luz brillante del atardecer posándose en su rostro mientras tragaba la silenciosa sensación de debilitarse al dolor. No tenía una familia que la recibiese en casa con dulzura, un abrazo al cual entregarse, siquiera con un hogar, moviéndose de un lado a otro con su pesada mochila que cargaba sus pocas pertenencias, oír las voces en acentos británicos únicamente generaba más agonía en su sistema, vivió todo el tiempo entre ellos, una niña sin familia a la cual amar.

No eligió su vida, ella eligió a (t/n).

Problemas económicos guiándola al constante movimiento, el calor solar la incito a relajarse en su asiento, derramando una solitaria lágrima al no saber a dónde iría a continuación, sin dinero, sin un trabajo... no tenía a donde ir para permanecer a salvo, más en una ciudad donde la mayor parte del tiempo llovía, buscaría una forma de salir de ese agujero, oh, pero en otro mundo sería más valiente & sin temor a enamorarse, no mirarían su situación de vida, solo escucharían sus pensamientos y dirían que era un encanto, extraña, pero con tanto por dar, tantas cosas que deseaba seguir aprendiendo, sus parpados se cerraron con la música de Isak Danielson resonando, zambulléndose de lleno en una voz femenina llamándola.

Guiándola a perseguirla entre tantas personas a su alrededor, nunca sabría como contestar a la forma en ser guiada a través del agujero del conejo, un cambio en su forma de vivir, lo que una vez conoció como una vida repleta de dramas, de problemas que nunca sabía enfrentar adecuadamente, todo eso quedaría enterrado, plácidamente dormida en el asiento volviéndose suave, la era moderna en la cual nació se quedó en otro plano, en otra clase de universo distante. Y Enola se detuvo en las afueras del compartimento practico con solo una chica dormida con un libro en su regazo que reconoció inmediatamente con una sonrisa, la chica de cabellos (c/c) adornado con flores estaba vistiendo elegantemente en un tono rosado como los atardeceres soñados para pintar, deslizo la puerta, sorprendida de que el sonido no despertase a la extraña, primero se aclaró la garganta.

Sin reacción aparente.

—Disculpa.

La voz resonó en la cabeza de (t/n) como un eco esponjoso el cual la hizo sonreír en su dormir, una y otra vez hasta que finalmente sus parpados temblaron, abriéndose con suavidad, enfrentándose a la vista de una chica vestida masculinamente yacía en frente del umbral del compartimento, sus ojos (c/o) se encontraron con los de ella, los ruidos se aclararon al recuperarse de su sueño, en primera instancia no reacciono mucho más que mirar a su alrededor, a quien la llamaba, parpadeando una y otra vez, dejando escapar un bostezo que cubrió con su mano.

En una forma... poco femenina o de elegancia que hizo reír a Enola con suavidad.

—¿No importa si me siento aquí? — pregunto, aunque usualmente Enola no actuaria de esa forma, salvo que una voz proveniente desde su interior le exigió comportarse, debía de, que en frente a ella yacía una gran incógnita a responder, la chica en el asiento de en frente era un misterio que todos querrían estudiar.

—Por supuesto que no — acepto, enderezándose desde su asiento, desviando su mirar a su cambio de vestimentas no tenía los desgastados pantalones casi rotos con sus zapatos manchados en lodo y goma de mascar seca, no recordaba nunca antes utilizar un vestido tan elegante, menos con los guantes blanquecinos como las nubes, incomoda a un anillo oculto, y a lo siguiente elevo su mirada a la ventana de mayor tamaño en frente de ella.

Kiss The Girl {Enola Holmes & Lectora} FinalizadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora