Paternidad

Tiempo

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¿Cómo es que pasó? ¿En qué momento sucedió?

Todo transcurrió con una rapidez que lo aturdió como si hubiese sido golpeado al punto de dejarlo al borde de un desmayo.

Los minutos se volvieron horas que a su vez se transformaron en días. Días que formaron meses que en un suspiro se hicieron años... ¿Cuándo paso tanto tiempo y tan rápido?

Apenas el Lunes tuvo su primera conversación con Amy en la que le permitió acercarse a el... El Martes comenzaron a reunirse sin falta a la misma hora, el Miércoles la acompañaba a casa o hacer las compras, el Jueves dormía en su casa o ella se quedaba con el en su habitación en G.U.N, el Viernes supo que Amy estaba embarazada...

El día anterior fue enviado a una misión rápida pero lejos de su hogar... Hace unas pocas horas Amy le había llamado avisándole que su hijo estaba por llegar al mundo, hace unos minutos Rouge le dijo que su mujer estaba en labor de parto... Hace un segundo que se volvió padre.

Llevaba horas de pie frente a la cama en la que Amy arrullaba a un pequeño bebé que lloriqueaba suavemente ¿O quizás solo habían pasado unos cuantos minutos?

El tiempo había dejado de tener sentido como si jugará con la mente del erizo, aturdiendo su juicio e incluso su percepción de las cosas y no fue hasta que escucho la voz de Amy le hablo que todo volvió a la normalidad.

Ahora era padre.

Con pasos lentos se acercó a la fémina que seguía arrullando al bebé que se retorcía levemente entre sus brazos.

Envuelto en una sábana verde menta estaba su hijo, un pequeño erizo azabache igual que el con algunas vetas rojas esparcidas entre las pequeñas espinas. Sus mejillas regordetas estaban suavemente coloreadas de un rosa pálido a causa de los lloriqueos.

—Aguante mareos y cólicos, sufrí de antojos extraños, mis pies se hincharon como globos y soporte terribles dolores de espalda por diez meses. —Murmuro suavemente la fémina— Hice todo eso ¿Y decides ser igual a papá? —Apretó su mejilla contra el rostro infantil, disfrutando del calorcito que el cuerpo de su pequeño le brindaba sin poder evitar reír con genuina alegría— Mira Shadow. Ya está con nosotros, finalmente tenemos a nuestro bebé.

La mirada jade se quedó quieta sobre la carmín que lentamente procesaba lo que veía. Aquello no hizo más que emocionarla mucho más.

—Demosle un poco de tiempo a papá. ¿Si cariño? —No disminuyó su abrazo— Está demasiado emocionado y no sabe que decirte.

Tiempo tenían mucho, después de todo ahora debían dedicarlo meramente al pequeño que acababa de llegar al mundo.

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