𝓔𝓻𝓮𝓼 𝓶𝓲 𝓹𝓻𝓸𝓹ó𝓼𝓲𝓽𝓸.
Sus caminos se separaron. Él se convirtió en una estrella internacional y ella en una bailarina famosa. Lo último que imaginaron es que sus vidas se cruzarían y brotarían sentimientos del pasado. Una historia de sexo...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
CAPÍTULO HOT.
Solté un gran gemido cuando Dereck me pegó fuerte en mi trasero mientras entraba y salía de mí estando yo en cuatro, mi excitación llegaba al límite, me acostó mirando hacia arriba y entró en mí de nuevo, me dio una cachetada y yo sonreí, él mordió su labio inferior y pellizcó suavemente mi pezón mientras seguía haciendo su trabajo, logrando que mi respiración se acelerara aún más.
- No pares, Dereck- Supliqué entre gemidos.
Él me besó y mis manos tocaron su espalda, no pude evitar rasguñarlo con fuerza y él soltó un gemido mientras me besaba, dejó de besarme y puso su mano en mi cuello mientras aceleraba sus movimientos, empecé a gemir más fuerte y al llegar al orgasmo grité y mis piernas temblaban, él sonrió. Se acostó boca arriba, yo le quité el condón y comencé a hacerle un oral, él cerró sus ojos y soltó un gemido cuando metí todo su miembro en mi boca, agarró mi cabello y empujaba mi cabeza con fuerza rápidamente, por momentos me quedaba sin aire y tenía que parar, finalmente terminó dentro de mi boca mientras soltaba un gran y melodioso gemido. Nos pusimos la ropa interior, nos acostamos en la cama y nos quedamos dormidos.
Pov Justin.
- No pares, Dereck- Gritó Isabella.
Lo que le había dicho a ella era falso, en realidad no soportaba escuchar sus gemidos por el hecho de que eran música para mis oídos y no era yo el que los ocasionaba, por momentos me daban ganas de tumbar esa puerta, sacar a Dereck de la habitación y cogerme a Isabella ahí mismo, pero ya que no se podía, sólo salí al balcón a fumar un porro. Estaba acostumbrado a escuchar a diferentes mujeres gimiendo cuando Dereck las llevaba a su habitación y jamás me había importado, pero esta vez era diferente porque se trataba de Isabella, antes me daba rabia saber que habían cogido, pero ahora además los estaba escuchando coger y eso me enfurecía.
- La única mierda que puedo hacer es comer un sándwich- Dije para mí y me dirigí a la cocina a prepararme un sándwich.
Me sobresalté al escuchar a Isabella gritando de placer, mierda y mil veces mierda, yo debería estar causando ese grito, maldito Dereck. Después de ese horrible y hermoso grito todo quedó en silencio, supuse que todo había acabado, paz al fin, estaba preparado para ver a Isabella salir de esa habitación y mirarla como si fuera una zorra para hacerla sentir mal, pero pasaron las horas y ellos no salieron, de seguro se habían quedado dormidos. Estuve en el sofá jugando videojuegos hasta que Dereck salió de la habitación, Isabella no salió. Se acercó a mí y sonrió.
- Hueles a prostituta- Dije cuando se sentó a mi lado, él rió. - Cállate- Prendió un porro- ¿Se oyó mucho? - No te asombres si te llaman de recepción diciendo que todo el hotel escuchó los gemidos de Isabella. - Es lo que causo- Guiñó un ojo, yo reí. - ¿Isabella qué está haciendo? - Sigue durmiendo y yo me voy- Se levantó del sofá. - ¿A dónde vas? - Me veré con otra chica.
