𝓔𝓻𝓮𝓼 𝓶𝓲 𝓹𝓻𝓸𝓹ó𝓼𝓲𝓽𝓸.
Sus caminos se separaron. Él se convirtió en una estrella internacional y ella en una bailarina famosa. Lo último que imaginaron es que sus vidas se cruzarían y brotarían sentimientos del pasado. Una historia de sexo...
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- Hola. - ¿Puedo pasar?
Él suspiró y abrió más la puerta para que yo entrara. Seguí y me senté en un sofá, él se sentó a mi lado y nos miramos por unos segundos.
- Thomas, tenemos que hablar. - Te he dicho que no hay nad... - Sí tenemos que hacerlo- Lo interrumpí- Si no quieres hablar, almenos sólo escuchame- Él se quedó mirándome y yo suspiré- Te extraño, lo siento si te herí y te juro que esa nunca fue mi intención, tú siempre has sido como un hermano y lo de Dereck sólo pasó, quiero pedirte perdón por no habértelo contado, no sabía cómo hacerlo después de haber oído que estabas enamorado de mí, precisamente quería evitar todo esto, pero creo que sólo lo empeoré todo, te quiero y espero que puedas perdonarme.
Me obligué a no llorar, al terminar de hablar me quedé mirándolo esperando alguna respuesta, él sólo miraba cada parte de mi cara.
- ¿No dirás nada?- Pregunté.
Agachó la cabeza y entendí que no me perdonaría, me levanté y me dirigí a la puerta, la abrí y volteé a verlo, él seguía mirando hacia abajo, salí de ahí y mientras caminaba a mi carro las lágrimas empezaron a bajar por mis mejillas, subí a mi carro y me dirigí a la playa, me senté en la arena mientras veía las olas moverse lentamente, algunas personas se me acercaban a pedirme fotos, mi celular vibró sacándome de mis pensamientos.
- Hola- Dijo Thomas al otro lado de la línea, mi corazón se aceleró al oír su voz. - Hola, Thomas, ¿Qué pasa? - Voy para tu casa ya. - No estoy ahí, estoy en la playa. - ¿En qué parte? - Cerca al parqueadero. - Esperame ahí.
Colgó sin decir más, dejándome con mil dudas, ¿Qué tendría para decirme? Esperaba que me perdonara. Pasó el tiempo, yo miraba las olas y sentía un poco de paz, Thomas se sentó a mi lado haciendo que me sobresaltara.
- Hola. - Hola, Thomas- Volteé a verlo- ¿Qué pasa? - También tengo que decirte algo- Suspiró- También quiero que me perdones.
Mi corazón se aceleró y mis ojos se aguaron, me quedé mirándolo.
- Perdón por haber reaccionado así, estaba muy molesto porque en serio estoy enamorado de ti, pero también tengo que entender que si ese sentimiento no es mutuo, debo aceptarlo, no tienes la culpa de no sentir lo mismo y yo no quiero obligarte a que lo hagas, hemos sido como hermanos y no quiero dañar esto, quiero seguir estando para ti y que tú estés para mí, también quiero pedirte perdón por haberte dejado botada esa noche, no pensé bien las cosas y te juro que me arrepiento, ¿Crees que puedas perdonarme?
No lo pensé dos veces y me lancé encima de él, lo abracé muy fuerte y él besó mi cabeza, a su lado me sentía protegida y su abrazo era cálido, no quería alejarme de él nunca.
- Te quiero. - También te quiero, mi niña. - Te extrañé mucho, por favor no volvamos a alejarnos. - Créeme que no pasará.
Nos alejamos y él limpió algunas lágrimas que habían resbalado por mis mejillas, era muy llorona. Acarició mi mejilla, cerré mis ojos soltando un suspiro y sonriendo.
