Visita a la psicóloga.

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Lena

- ¡No! ¡De dónde sacaste eso!

-Por favor es cosa de verte-dice de pie cerca del sillón.

-No te estoy exigiendo nada- le respondo. Ya me estoy enojando, no sé por qué cree que no seré feliz o la dejaré por no ser madre- Además sólo llevamos 3 años y algo.

- ¡¿Y qué?! Yo ya sé que te amo así que ¡qué demonios! - Exclama. – ¿Y qué pasará cuando consideres que llevamos lo suficiente?

- ¡Nada! es algo de a dos Kara, si no quieres entonces no ¡Se acabó! - le digo en el mismo tono, maldita sea.

-No voy a estar conforme sí sé que no estás feliz ¡cómo podría mirarte a la cara todos los días! - se enoja.

- ¡Yo ya lo soy! – levanto la voz. - Además mi felicidad no depende de todo lo que hagas Kara. – Que se cree.

-Lena, entiendo eso. Pero, pero, ¡yo sé que querrás! y yo no puedo, no puedo- suspira triste.

-No entiendo tu miedo Kara, y sé que en el fondo quieres- dejo salir. En realidad, ese es el único problema aquí.

-Lena, piénsalo va a sufrir- me mira triste- No pongo en duda que serías una madre excelente, pero la gente...

- ¡Que se mueran! - le grito, al diablo ya se me acabó la paciencia- Amor, podrías ser la mujer más hetero con la vida perfecta y la gente siempre va a encontrar algo malo para dañarte. Lo van a hacer IGUAL.

La miro tan complicada.

-Llevas tiempo aguantándolo verdad... - es obvio.

-Tal vez... - mira sus pies. – Nunca eh pensando esto en mi vida, sólo contigo.

-Ya te dije que no es necesario. - Me mira algo impotente. - Además es caro.

-Eso no importa- se queja Kara - Las dos trabajamos.

...

Maldita sea yo sólo quería subirle el ánimo.

-La cara que pones, cuando ves niños, es tan linda- suspira llorosa- desearía no ser tan cobarde. – dice a medida que caen sus lágrimas.

-Amor- susurro.

-Me va a odiar, o sea mírame - Se cubre la cara sentada. – Ya me estoy dando vergüenza, que clase de madre sería...

Me pregunto cuántas veces lo habrá conversado con la almohada.

Me siento al lado y la abrazo, dejo reposar su rosto lloroso en mi pecho, me salió tan sensible mi novia. Pero la amo, lo que me lleva a una conclusión.

-Kara- digo luego de un rato- yo creo que serías una muy buena madre - Siento como se tensa.

- ¿Tú crees? - escucho bajito, tanto que le sale infantil. Sonrío y le beso el cabello.

-Sí, estoy segura, si no tuvieras conciencia de la responsabilidad que eso implica no estarías así de preocupada. Además, ya te estás preocupando de si sufrimos o no... escogí bien a la madre de mis hijos concluyo convencida. Quizá no sea ahora o quizá nunca, pero Kara siempre piensa en mí.

Me mira y llora emocionada. Sonrío negando con la cabeza y acercándola más, es tan dulce, no sé cómo pude tener unos pequeños celos cuando me contó la historia con Asami. Es decir, harían una piscina tantas lágrimas de lo emocionales que son. Me permito burlarme internamente de eso y creerme la mujer ideal para Kara.

-Te amo- suspira.

-Yo también te amo. Pero ten en cuenta, que esto podría y no podría pasar.

Mi Pareja Perfecta II [Adaptación Supercorp]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora