≫ Dos semanas yacían desde el comienzo de la etapa evaluativa y mi cerebro ya esta pidiendo vacaciones. Tome el receso de una hora entre examen y examen para recostarme en el patio del establecimiento, bajo un árbol que bastante sombra daba.
Deje que los mañaneros rayos del sol pegaran en mi cara por unos minutos, hasta que dejé de sentirlos. Molesta por ello, abro los ojos viendo a mi amigo. Quien me saluda con su adorable sonrisa.
-¿Como estas?
-Como me ves- le respondí volviendo a cerrar mis ojos para sentir el placentero quemar del sol en mi rostro- a punto de tirarme del ultimo piso.
Aquello ocasiono una carcajada de mi acompañante. Procedió a sentarse a mi costado derecho, como de costumbre, y disfrutó del sol conmigo.
-Hyunjin me invito a su casa este fin de semana para descansar de los exámenes- contó.
-Que bien-respondí sin mas.
-Me dijo que podía invitarte si quería- dijo esta vez mirándome.
-¿Que se supone que yo haga allí?¿quienes van?-
-Solo ven, no es divertido sin ti y tampoco es un descanso sin tu tranquila aura- invito, la cual me vi en la obligación de aceptar. Automáticamente comencé a ordenar mis días para darme un espacio e ir a la reunión, ya que hasta ahora el único momento que descansaba era al bañarme. Me la pasaba estudiando, no es como si se me dificultara, es que eran mas de 25 temas por materia.
Mire mi móvil para ver la hora y seguidamente solté un suspiro. Faltaban 20 minutos y debía ingresar al otro examen. Deje mi mirada libre por el lugar, dejando que esta se fijara en cualquier punto en el camino. Muchos estudiantes igual, y aun mas, estresados que yo. Estudiando hasta en las horas de receso, sigo avanzando mi mirada para otro árbol, era el que mas me gustaba. El otoño le asentaba bien, daba un aire de tranquilidad y era por eso que nunca me sentaba bajo de el, porque me gustaba verlo.
Seguí apreciando el árbol, desde la primera hoja de su cúspide hasta los mínimos detalles del tronco. Mi mirada se encontraba perdida en ellos e inconscientemente bajaba buscando más. Pero se toparon con una cabellera cataña, me costó reconocerlo pero al ver la respingada nariz y su serio mirar, lo reconocí al instante.
No quise generar incomodidad pero su perfil era realmente atractivo, la comisura de sus labios, su expresión de concentración al leer lo que parecía ser anatomía, los movimientos marcados que hacía su muñeca para mover el lápiz que se encontraba en sus dedos. Me encontraba totalmente hinoptisada por la belleza natural de aquel muchacho de carácter fuerte, que no me di cuenta que me estaba mirando de reojo.
Nos miramos mutuamente, sin embargo, era tan pesado su mirar que trague en seco para inclinar la cabeza en señal de disculpas por la, tal vez,incomodidad que le genere.
Volví mi vista al frente y traté de recordar lo que había estudiado de anatomía, puesto a que se me había casi olvidado luego de estar concentrada en la figura de aquel muchacho.
Era la primera vez que estuve apunto de olvidar lo que estudié.