≫ Sábado por la mañana. Acababa de levantarme y se notaba en la hinchazón de mis ojos. Había organizado usar el sábado como día libre, literalmente el día anterior a las 22 PM ya estaba durmiendo. Iba a aprovechar cada minuto.
Con una abundante felicidad fui a bañarme y disfrutar de aquello. Una vez salí, me vestí con ropa cómoda para bajar y desayunar.
Ya llegada la hora del mediodía me encontraba sentada en el sofá viendo Peacky Blinders por Netflix, un ramen instantáneo y agua.
Pase el día disfrutando de lo que me gustaba hasta que llegó la hora de la reunión a la cual Jeongin me invitó. Revise la dirección antes de salir, no quedaba tan lejos así que me apresure.
Toque unas 3 veces seguidas, cinco minutos después estaba el atractivo chico recibiendome en su hogar. Sonreí y dedique una reverencia por la falta de confianza.
-No hace falta, se que eres buena. Además ya tenía planeado conocerte, toma esto como un comienzo- habló.
-¿Porque no me invitaste por tu cuenta entonces?-interrogue. No era para hacerlo sentir incomodo pero algo no cuadraba.
-No sabía cómo hablarte-respondió nervioso.
-Fácil, con palabras- dije, para con una reverencia más pequeña que la anterior para pedirle pedía permiso e ingresaba al hogar.
Cerró la puerta detrás de él y me guió hasta la sala de estar. Mi amigo se levantó de un brinco para saludarme y arrastrarme a su lado. Antes de seguirlo salude a los demás en la sala, no conocía a nadie.
Parecían realmente ser buenas personas, muy ruidosos y carismáticos. Aún así me dijeron que el grupo no estaba completo, faltaban dos. Mientras tanto nos mantuvimos hablando, en ese intercambio de información me entero que asistían a la misma universidad de que los dos muchachos con los que ya me hablaba.
El ambiente estaba muy acogedor y mis carcajadas se hicieron presentes mediante mi comodidad se hacía presente en el lugar, pero mi vejiga me pedí ir al baño. Me levanté para acercarme a Hyunjin y preguntarle dónde estaba el baño, este me dirigió hasta el lugar.
Procedí a orinar, lave mis manos y me acomode la ropa. Volví a la sala de estar y trague en seco al ver al castaño de carácter fuerte sentado en uno de los sillones.
-Can! Ellos son Jisung y Minho, el chico que golpeaste la otra vez- presentó carismáticamente.
-No fue mi culpa, vuelvo a pedirte disculpas por lo del otro día- hablé nerviosa.
-Olvídalo y ya-me respondió sin darle importancia.
Sin más me senté nuevamente en mi lugar y seguimos con aquella reunión. Comimos y bebimos refrescos. Me sentía realmente cómoda, el grupo era muy agradable, las risas no faltaban. Llegaban a aturdirme de lo fuerte que gritaban, pero lo que no podía ignorar era el irónico humor del castaño, ahora nombrado Minho.
Me gustaba su forma de expresarse, esa ironía y apariencia de arrogancia me encantaba. Sin embargo, trataba de no ser tan obvia de la atención que le prestaba cada que este hablaba o algún ruido salía de su boca. Recalco una y otra vez su sonrisa, era hermosa, sus carcajadas eran tan llamativas y junto a ese "aah" que decora el final.
Me encontraba alumbrada por la rara personalidad del muchacho, debía admitir el haberlo pre juzgado.
Era la primera vez que compartí un día con él, aún así, parecía que era más que todo eso.