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Me desperté con un inmenso dolor de cabeza y mis ojos ardían demasiado. Me quedé mirando el techo unos minutos, hoy es viernes y me toca el turno de la noche en el trabajo, ademas tendre que ir caminando al instituto.

Ma- chillo mi bebe desde la cuna y empezó a llorar. Me levanté de la cama con mucha peraza, fui hasta su cuna y lo tomé en brazos para volver a la cama y acostarme con en el sobre mi pecho, mis ojos se estaban cerrando otra vez cuando sentí a mi querido hijo subir mi buso y prenderse de mi como si fuera un recién nacido.

Sami porfavor me costo mucho hacer que la dejaras-  me ignoró y siguió con lo suyo.

No me malinterpreten no es que me moleste o algo haci que él se amamante de mi es solo que si el se acostumbra, se que no tendré tiempo de darle cada vez que quiera.

Con respecto a los chicos ya los extraño, con tan solo saber que hoy no estaríamos juntos, que los chicos no me harán reír con sus chistes malos o que no tendris a los Clearwater para abrazarlos cuando me de frío me causaba angustia  y mi pecho se comprimía, no es que este asustada o algo, solo estoy, ni yo se como estoy tampoco se que pesar.Ellos confían en mí eso lo tengo muy claro, ellos me contaron su secreto mas preciado y me trataron como una reina por haci decirlo, fueron amables y considerados, me hicieron sentir útil y querida extrañaba sentirme de esa manera, extrañaba sentir que era importante para alguien.

Es cierto que mi apego por los Clearwater es mas grande que con el resto, con Leah es fácil por que es mujer y una muy atractiva, el pequeño Seth es lo mas adorable que jamás haya visto después de Sami claro está. No se equivoquen los quiero a todos pero muy en el fondo todavía existe el miedo, miedo hacia los hombre, un miedo que nacio en mi hace mucho pero se intensificó hace casi dos años , se que suena estúpido pero no puedo evitarlo es como un sentido que desarrolle. Hay días que se me olvida completamente lo sucedido y pareciese que mi vida es normal, sin complicaciones o miedos pero cuando llega la noche todo vuelve y me siento miserable. Pero trato de comerme a mi misma que mi vida no es tan mala y que podría ser peor.

He intentado decirlo, decir lo que pasó en aquel salón de clases pero cada vez que trato de decírselo a alguien un enorme nudo se forma en mi garganta, entró en pánico y las palabra no sale de mi boca. Por mi mente a cruzado la vaga esperanza de que ella cuente lo que vio y me sea mas fácil contar lo sucedido pero me resigne a saber que no pasará.

La alarma sonó sacándome de mis pensamientos, la apague y me senté con sami acunado en mis brazos, se veía tan tranquilo y adorable, mi hijo tiene una rara adicción con apretar mi pecho con sus manitas creo que lo relaja. 

Abrigue a sami y  me bañe, tome mis cosas y la de sami, salí de casa sin hacer ruido y camine hasta la casa de Mery, ella cuidaría de Sami mientras estudiaba, el se quedo encantado con Mary y hasta se despidió moviendo su manita, le lanze un beso antes de comenzar a caminar al instituto.

Cuando llegué al estacionamiento los chicos estaban ahí,  todos me miraban atentos esperando a que hiciera algo, para no ser mal educada los salude con la mano, algunos sonrieron mientras otros solo parecían relajarse ante mi acción, sin saber qué más hacer entre al instituto y fui hasta mi casillero , saque lo necesario y lo acomode un poco ya que parecía un cochinero. Cuando cerré la pequeña puerta me lleve el susto de mi vidas, dos niños que por sus rostros parecían de  13 años, estaban parados mirándome fijamente de la misma manera en la que miró Paul cuando nos conocimos solo que ellos permanecían de pie, mi mirada se posó sobre la del niño de la derecha, eran los mismos ojos que los del lobo de anoche y me transmitían los mismo. En un arrebato lo abrace muy fuerte, me sentía en la gloria al tener al pequeño en mis brazos, me separe un poco del niño que me llega esta el hombro y pude ver al otro chico que me miraba con anhelo a punto de llorar.

Ustedes son- no alcance a terminar cuando ellos asintieron frenéticamente y ambos me abrazaron.

Perdónanos pero no podemos resistirnos- susurro uno de ellos en mi cuello, ambos habían escondido sus rotos hay aspiraron mi perfume. Los alumnos que pasaban nos miraban raro pero poco me importa, deberían conseguirse una vida.

No hay problema- dije y le di un beso en la frente a cada uno, juro que los escuché ronronear- pero ahora tengo clases y ustedes igual- ellos me miraron y asintieron pero no me soltaban- chicos- les dije como advertencia.

Perdón- dijeron ambos, agacharon su cabeza y me soltaron.

Después de eso les di hasta unos caremos con tal de verlos irse con una sonrisa y yo tomé mi camino hacia la clase de Matemáticas, no los volví a ver  en toda la mañana a los que sí vi fue al resto de la manada, en cada clase estaba alguno vigilandome y Leah me vigilaba en los pasillos. Me dirijia a la cafetería cuando mi celular comenzó a sonar, el identificador decía "Mago" me parecía raro recibir una llamada de ella si ayer nos vimos, atendí la llamada mientras seguía caminando bajo la atenta mirada de Leah.

Tanto me extrañas nena- dije con una sonrisa que desapareció cuando escuche un sollozo del otro lado de la línea.

Te necesito-. 




Mis mas sinceras disculpas pero eso es todo por hoy.

Los amo y gracias por todo.

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Compartida | Manada Quileute |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora