El diario de Amelia.

Sabado 26 de Junio.

Diario, ¡QUE HOY ES EL DÍA!

Antes de contarte lo nerviosísima que estoy te voy a relatar lo que ha sido todo hasta llegar a este día. 

Lo primero que te voy a contar va a ser la llegada del pequeño Asier. Creo que no hay niño en el mundo que sea mas guapo y mas bueno que él. Los primeros días con sus papis y su hermana fueron duros. Primero porque al estar en otro sitio lloraba mucho, sobre todo por las noches. Eso se llevaba toda la atención de mis cuñados y de ahí puedes sacar el segundo problema. Mi niña pobre se sintió desplazada. Entendía que era un bebé y que por eso requería mas atención, pero no deja de ser una niña y no pudo evitar la pelusilla. ¿Solución? descargar a sus papás algún día para que pudiesen estar con ella y otros días nos la dejaban a ella. Siempre acabando el día con ellos, claro está. Esos días los disfrutábamos a tope. Cuando teníamos a Ali nos dedicábamos a organizar las cosas mas estéticas de la boda y ella nos echaba una mano. Cuando te cuente los preparativos ya sabrás que nos ha liado como siempre. Y cuando nos dejaban a Asier Luisi se convertía en una mami por un día y yo también que le daba de comer y todo. Te juro que es la imagen mas preciosa que he visto jamás. Es increíble como es capaz de tranquilizarlo y dormirlo. Creo que realmente mi mujer tiene un don con los enanos.  Poco a poco la situación se fue normalizando y ahora lo llevan mucho mejor. Es cierto que alguna vez nos llaman suplicando ayuda, pero muy pocas. 

De la familia y amigos es como lo mas destacable que te tengo que contar. ¡Ah no! Diario.... ¡QUE MARCO Y PAULA HAN VUELTO! Si es que sabía yo que mi amigo lo tenía que arreglar. A pesar de ser un terco y un imbécil, tiene un buen fondo. Como recompensa le he dejado ser mi padrino de boda. Se emocionó mucho e incluso lloró que él no es mucho de eso. 

Y ahora si que vamos al lío de verdad. Yo no sabía que los preparativos de una boda eran así de estresantes. Lo primero los invitados. Empezamos a hacer una lista y la cosa se nos iba muchísimo de las manos. Al final invitamos a mi familia y a la suya, Benigna incluida, y amigos decidimos que solo irían Cris y Leire y Marco y Paula. Nos dolía dejar a Guillermo y Julia fuera pero tampoco podían ir por la fecha. Al final resultó un alivio para nosotras. Tras elegir los invitados, elegimos el donde. Hemos visto acantilados de España... no se, a lo mejor mil. Fuimos reduciendo y reduciendo posibilidades hasta que nos quedamos con dos. Uno estaba en un pueblecito costero de Valencia y otro en Vigo. Llamamos, pedimos presupuestos, fechas y posibilidades de alojamiento y al final lo mas recogido y lo mejor era irnos para Galicia. Nos dijeron que en caso de lluvia se pondría una carpa. Por ahora parece que no lloverá así que vamos bien. Nos iban a reservar el hotelito para nosotros y ellos lo organizaban todo. El acantilado estaba a un par de kilómetros y se iban a encargar de organizar allí la ceremonia. Para el banquete volveríamos al hotel y aquí nos pasaremos hasta el lunes por la mañana todos. El banquete, cuanta comida ponen aquí. Vinimos a probar menús y tuvimos que quitar cosas. No se cuantos platos tenía aquello pero era comida para cuatro días. Como redujimos bastante, nos dejaron combinar todo como quisimos. También te digo que elegir fue una tortura porque estaba todo que madre mía que bueno. Conseguimos finalmente hacer algo que no fuese muy fuerte y nos volvimos para el tema de la decoración. Y ahí es cuando aparece la enana con sus líos. Íbamos a elegir solamente nuestros ramos para que tampoco hubiese mucha cosa que tuviesen que llevar, pero nos lio. Es que como siempre nos lio. Estábamos mirando las flores para componer los ramos y ella por ahí trasteando. Teníamos una concentración máxima cuando sentí una mano darme golpecitos.

-Tita, yo tengo una idea- y esa cara ya no me gustó un pelo- Yo quiero tirar pétalos antes por delante vuestro.

-Pero cariño, es que eso...- Luisita me interrumpió.

-Ay si cariño porfi, que eso queda muy bonito- la niña se fue al lado de su tía y me pusieron ojitos.

-Joder... bueno venga, que nos den presupuesto- dije indignada.