El diario de Amelia.

Viernes 18 de Octubre.

¡Hola diario!

Hoy finalmente me he ido de tiendas con Marco. He aprovechado que él libraba y que el jefe había decidido cerrar por motivos personales, para ir a comprar lo que necesitaba por la noche.

-Solo te pido que no tardemos mucho porfa Amelia.

-Anda calla, que si no te quejas mucho luego te invito a comer.

-En ese caso no abriré la boca- dijo riendo.

Nos pasamos toda la mañana de tienda en tienda comprando todo lo que se me ocurría. Encontré casi todo muy rápido algunas de las cosas las tuve que comprar en varias tiendas porque necesitaba mucha cantidad. En cuanto terminamos nos sentamos a comer. Estábamos cansados y necesitábamos parar ya a pesar de que era la una. Comimos y nos fuimos a casa a descansar, estaba segura de que esa noche no iba a dormir precisamente.

-Marco, voy a echarme la siesta en la cama. A eso de las seis despiértame que no puedo quedarme dormida- le ruego.

-No te preocupes, yo me encargo- dijo dándome un beso en la mejilla.

-Gracias- dije sonriendo.

Me fui a dormir y de repente mi móvil sonó. Miré la pantalla y era Patri. Le contesté con voz de dormida.

-Hola Patri.

-Ey Amelia, ¿te he despertado?

-Si, pero no te preocupes. ¿Que pasa?

-Pues que me tienes que hacer un favor. Esta noche venía un ilusionista y se me ha rajado en el último momento. Se que a lo mejor es muy precipitado, pero ¿podrías venir tú?- dijo desesperada.

-Emmm, bueno, si, vale... pero tendrá que ser el espectáculo que hice en la prueba, el otro aún no está preparado.

-Ese está perfecto y más cuando te lo estoy pidiendo sin tiempo. Esta noche a las diez actúas así que ven cuando quieras.

-Antes de las nueve y media estoy allí.

-Vale guapa, y muchas gracias ¿eh? Te pagaré algo más de lo que hay en contrato.

-No hace falta mujer, de verdad. Nos vemos luego.

Colgué y solo pude pensar en que mis planes se habían ido al traste.

-Mierda- dije en voz muy alta.

-¿Estas bien?- entró Marco apresurado.

-Me acaba de llamar Patri de que esta noche actúo en su local así que se me han jodido los planes de hoy.

-A ver Amelia, que no pasa nada... hay tiempo para que sorprendas a Luisi.

-Ya pero... bueno da igual. A ver qué me ingenio. Pero esta noche está claro que no va a ser la noche. Voy a llamar a Luisita ¿vale?

-Te dejo a solas entonces.

-Gracias amore.

Me quedé un rato pensando en que no hoy no sería la noche. Pero bueno, al menos era por trabajo y a demás del que me apasiona. Tendría que verle el lado bueno. Llamé a Luisita.

-Hola amor, ¿que pasa?

-Hola cariño. Pues nada, que me ha llamado Patri y está noche actúo. ¿Vendrás conmigo antes para ayudarme?

-Pero... ¿vas... vas... a hacer el número con el vestido negro?- dijo nerviosa.

-No porque aun no tengo el número del todo preparado. A demás, te prometí que tú serías la primera en verlo. Yo nunca falto a mi palabra- dije con un tono de voz pícaro.