Miercoles 23 de Octubre.

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Hola diario!!

Lo que llevamos de semana ha transcurrido bastante normal. No te he escrito porque no hay mucho que contar. He ido a trabajar, hemos hecho las tareas de la casa y por supuesto cada tarde he visto a mi amor. Cada vez paso más tiempo en su casa, Marco dice que lo voy a abandonar muy pronto. No estoy segura de eso, no se si Luisi querrá perder esa libertad que tiene estando sola. El caso es que si tiene que pasar pasará, y así si el quiere vivir con Paula pues lo tendrá más fácil.

A ver, vamos a lo importante. Hoy he conocido a Cris. No te voy a mentir, estaba nerviosa porque ella es como una hermana para Luisi y no le quería caer mal. Si le caía mal a ella seguro que a su familia también y eso me aterraba. Quedé con Luisi cuando saliese del trabajo para subir a cambiarme e irnos. Subimos y, como siempre, no sabía que ponerme.

-Cariño, ayúdame a elegir que me pongo porfa- no obtuve contestación- ¿cariño?- dije dándome la vuelta.

-¿Eh?- dijo saliendo de su embobamiento.

-¿Que te pasa?- dije acercándome con voz sensual.

-Que te quedas en ropa interior y no puedo evitar quedarme contemplando tu cuerpo. Me dan unas ganas de....

-De nada que nos tenemos que ir, pero otro día esas ganas las sacas de ti- me mordí ligeramente el labio y la besé- Ahora ayúdame a elegir que ponerme por favor.

-Amor, lo que quieras. Una camisa blanca y un vaquero por ejemplo. Te pones tú chaqueta de cuero y los botines y vas preciosa.

-Mmmmm, me parece bien. Me voy a poner los vaqueros negros- dije poniéndome la camisa rápido.

-Amelia, el sujetador es negro y se transparenta.

-Pues ya no me lo cambio, mucha gente va así y no pasa nada.

-Me parece bien, a demás como vas de blanco y negro queda bien. Luego ya si eso cuando vengamos te ayudo a cambiártelo- se acercó, me agarró de la camisa y me besó.

-Luisi vámonos que nos perdemos y no quiero hacer esperar a Cris.

-¿Es mi impresión o estás nerviosa de verdad?

-Estoy algo nerviosa Luisi- mentí, lo estaba mucho- ella es como tú familia y le quiero caer bien. Si le caigo mal seguro que a tu familia también y a mi me daría algo- dije acelerando mis palabras.

-Eh, mírame- dijo girando mi cara desde el mentón para que nuestras miradas contactasen- Le vas a caer bien. Sobre todo porque a ella todo lo que me haga feliz le gusta. Y nadie se puede resistir a esa sonrisa. A demás las dos sois personas normalitas Amelia, es que no tienes por qué caerle mal. De echo seguro que os hacéis grandes amigas, Cris tiene un corazón de oro como tú. El bufete que tiene con sus amigos lleva casos para personas que no tienen mucho dinero, y si no los ganan no les cobran ¿quien haría eso? Tiene un corazón muy especial con el cual estoy segura que te querrá.

-¿De verdad hacen eso?-asintió- joder, debe ser maravillosa. Ahora tengo muchas más ganas de conocerla. Me pinto un poquito los labios y nos vamos.

-Si que si no llegamos tarde.

Me pinté los labios de rojo y enseguida nos fuimos. Llegamos en metro a Atocha porque andando ya no llegábamos, y en la puerta de su bufete nos la encontramos. Cris es una chica alta, con el pelo castaño a media melena, una sonrisa de oreja a oreja y bastante mona he de decir. Lo que me impresionó muchísimo de ella al verla mejor, fueron sus ojos. A demás de brillar mucho, eran de un color especial y en uno de ellos tenía alguna mancha un poco más oscura. Soy de fijarme mucho en los ojos, no lo puedo evitar, y las "rarezas" me fascinan. Enseguida nos vio y vino corriendo hacia nosotras.

El diario de Amelia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora