•~One-Shots de Harry Potter~•

12. Remus Lupin

Título: No haga esto
Advertencia: Ninguna.

El viento entraba por la ventana de la oficina de la mujer; si no fuera por  el libro encima de los pergaminos estos estarían volando por toda la habitación.

A Veces se arrepentía de mandar a hacer tanta tarea a los alumnos. Esta vez le pidió que hagan un pergamino con la información de ¿Que era la electricidad y porque los Muggles la necesitaban?.

Agarro su taza de chocolate caliente y le dió un trago y cuando tocan a su puerta. — Pase...— permitió y la figura oscura de Severus apareció con una taza de la cual salía un vapor.— Buenas noches Severus ¿ Necesita algo?

— Discúlpeme si la molesto Señorita Cooper pero necesito que le entregué esto al Profesor Lupin— paso a la oficina y dejo esa taza sobre la mesa— Lo haría yo mismo pero el Profesor Dumbledore me ha llamado.

— No se preocupe se lo haré llegar — La mujer sonrió, Severus asintió y salió de la habitación.

T/n suspiros y acomo los pergaminos en un cajón para luego terminar de corregirlos; se levantó de la silla, acomodo su túnica azul Francia, se miro en un espejo y sonrió para luego agarrar la taza y caminar hacia la oficina del Profesor Lupin.

Sus tacones resonaban en los pasillos oscuros de Hogwarts; aún recordaba cuántas cosas paso en ese hermoso castillo, su casa la cual era Ravenclaw, su primer flechazo, le daba cierta gracias que ese flechazo vuelva a estar en el colegio pero esta vez como profesor.

Luego de unos minutos llegó a la puerta de ese oficina; pudo darse cuenta por la ranura de la puerta que el hombre aún estaba despierto, dió unos golpes a la puerta y una voz aguda se escuchó del otro lado decirle que "pase". Abrió la puerta y sonrió cuando el hombre la miro con una sonrisa.— Buenas noches Profesor Lupin.

Esa chica mentiría si dijera que aún ese hombre castaño no le hacía sentir las mil y un mariposas cuando la miraba o le sonreía.

— Buenas noches Profesora Cooper— se levanta de su silla y camina hacia ella— ¿Que la trae por aquí?

Ella un poco nerviosa levanto la taza hacia él con una sonrisa que hizo reír al hombre lobo. Él con una mueca tomo la taza y dejo que el líquido asqueroso pasará por su garganta.

— Puedo suponer por su rostros que no es muy apetitoso— el río y la miro negando con su cabeza.

— No lo es para nada— dejo la taza en una mesa y se fue a buscar algo cuando la mujer aprovecho y miro el escritorio del hombre; este tenía demasiados pergaminos y trabajos de niños sobre DCLAO.

— Veo que está en la misma situación que yo, Profesor Lupin— espeto ella con confianza. El hombre que se detuvo a su lado la miro; ella notó que en la comisura de sus labios había quedado un poco de la poción.

Con una paciencia que hipnotizó al hombre la mujer saco un pañuelo blanco y lo paso lentamente por los labios del hombre lobo, la chica se perdió en las cicatrices de él, con un dedo acaricio la más grande de estás cuando el hombre la detiene agarrando su muñeca con delicadeza.— No haga esto...

— ¿Hacer que?

— Esto...— miro la mano con el pañuelo.

— Creo que es muy tarde de detener Esto...

La respiración del hombre era tranquila pero impaciente.— Creo que si...

En menos de un segundo la mujer tenía los labios suaves del hombre moviéndose sobre los suyos con ternura; la mano de ella se colocó en su pecho y él tomó su mejilla con delicadeza como si la mujer fuera de una porcelana frágil y tremendamente valiosa.