Era el veinte de julio, lo cual indicaba que era el cumpleaños de cierta pelirroja oscura que estaba durmiendo plácidamente en su cama de una plaza. Sus sueños eran los mismos que llevaba desde la semana pasada: una hermosa mujer igual a ella, un bebé, unos dulces, una casa destruida, pero eran imágenes extrañamente borrosas y para una niña de once años era difícil descifrarlo.
Una chica que tenía fama de dormir más que un oso hibernando, estaba llegando al cuarto con un cupcake grande seguida de una pequeña rubia de nueve años. El cupcake tenía dos velas de uno indicando que la que dormía cumplía: once años.
- ¿Qué hora es? -preguntó la que llevaba el cupcake.
- Van a ser las ocho, ya mismo se despierta -le contestó la rubia sonriente.
La alarma que indicaba que eran las ocho de la mañana se hizo sonar, la pelirroja alargó su mano y la apagó mientras gemía para su interior. Ella carecía de voluntad para levantarse, eso lo tenía Maya pero se había ido... Como desearía irse ella también, pero nunca dejaría a su mejor amiga. Suspiró y se sentó en su cama restregándose los ojos, su pelo estaba enredado por detrás y cuando abrió bien los ojos casi se muere del susto. Una mirada gris-azulada y una completamente verde la miraba sonriente.
- Las voy a matar -les dijo mientras llevaba su mano a su pecho-, me asustaron.
- Entonces... 1... 2... 3 -su amiga deja de esconder el cupcake-. ¡Feliz cumpleaños Lottie!
La mencionada sonrió y miró al sabroso cupcake de chocolate decorado con frosting de chocolate. Sopló las velas y la otra aplaudió.
- Nos levantamos temprano para ir a cocinarlo, no nos salió así que fuimos a la repostería de al frente -le comentó su amiga al tiempo en que la rubia traía un plato y un cuchillo, partieron el cupcake en tres pedazos y cada una lo disfrutó.
- Gracias Lu, la intención cuenta -le sonrió Lottie- y a vos también Miri.
- Oh, no es nada -le hizo saber Lu, mientras se acomodaba su larga cabellera café muy oscura.
- Ustedes son como mis hermanas grandes, no me importa ayudarlas -les hizo saber sonriente Miriam.
Entonces fue cuando llegó una persona que nos les caía muy bien: la Señora Phelps.
- ¡Ya levántense! Ahora, ¿qué está comiendo aquí? Saben que es prohibido -les exclamó con los brazos cruzados.
- Chocolate ¿algún problema? -le respondió fríamente Lu.
- Que es prohibido, dénmelo -demandó la mujer y las tres negaron.
- La señorita Potter lamenta infórmale que el cupcake ya se encuentra en el estomago de cada una -le dijo Lottie.
La señora Phelps bufó y murmuró algo de esos fenómenos, pero luego se viró y miró amable a la pequeña Miri. Realmente la señora era amable, pero con (como ella dice) esa Black y esa Potter ahí haciendo cosas raras y gastando sus bromas, no lo era.
- Miriam, tienes entrevista de adopción -le informó sonriente-, ahora ve a vestirte.
- De acuerdo, señora Phelps.
La pequeña se fue alegre del cuarto para ir al suyo, eso hizo gruñir a Lu y sacar un suspiro lastimero a Lottie: ninguna de las dos eran llamadas para eso, o eran simplemente reclamadas por algún familiar.
- Ay, no se pongan así -las retó la mujer-; ya les dije claramente que nadie las va a adoptar si siguen comportándose como fenómenos.
Y se marchó. Lottie se paró de la cama sacudiendo las migajas y la tendió. Lu rodó los ojos para hacer lo mismo con la suya que estaba alado de su mejor amiga.
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Charlotte y Lumira
FanfictionAntes de la caída del Señor Tenebroso y un año antes de que naciera el famoso Harry Potter, nacieron dos niñas que en el futuro se convertirían en grandes amigas. Ambas abandonadas repentinamente en un orfanato, sin saber nada de sus padres unieron...