6○Cuarta aparición

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Abrir mis ojos y encontrarme en este lugar no era lo que más me hubiera gustado hacer, la ansiedad ya me estaba invadiendo, mi respiración volviéndose pesada.


-¿Qué hago yo aquí?- deseaba decir, pero mi boca no se movía.

Aunque el cuarto que me rodeaba estuviera lleno de velas no podía ver absolutamente nada, sólo una eterna oscuridad que no tenía ni principio ni fin y eso me ponía inquieta.

Quería moverme pero mi cuerpo no respondía, me sentía como si estuviera atada a algo detrás de mi pero no había nada, sólo una eterna oscuridad y más velas, muchas más velas.

No se cuanto tiempo llevaba así, pero con cada minuto que pasaba mi nerviosismo aumentaba junto con mi frustración por no poder hacer nada más que mirar y escuchar como las velas se quemaban.

Y justo en el momento que estaba en el borde de la desesperación, lo veo, veo al chico aparecer entre la oscuridad de las velas frente a mi.

¿Porqué no puedo ver su rostro?

-¿Quién eres?- intenté susurrar pero lo único que pude hacer fue silencio.

-Tranquila, bonita, ya estás a salvo- y seguido de decir esto, me dio un leve beso en la punta de la nariz...

Esa voz... Esa sensación de sus labios enzima de mi piel... La manera en la que me llama bonita... -¿Quién eres?- Le pregunté con añoranza, pero sólo lo pude ver volver a irse.

Falta de aire...

Así me desperté.

Curiosidad, temor y sorpresa...

Era lo que sentía.

¿Qué clase de sueño era ese que me dejó tan agitada? Es como si lo hubiera vivido en algún momento y mi subconsciente lo volviera a repetir, pero nunca en mi vida he pasado por un momento así, ni siquiera conozco al chico.

El chico...

-¿Quién eres?- susurre, recordé querer preguntarle en el sueño pero no poder y la duda me come por dentro.

Y ahí, sentada en mi cama sin ni siquiera haber salido aún del todo el Sol afuera, me hallaba preguntándome quien era ese chico y por que me interesaba tanto, cuando me llegó un mensaje al móvil en mi mesita de noche que me sacó de mi trance.

Desconocido

Con que soñando con otro ¿eh?. Eso si que es grosero de tu parte hacia mi, conejilla traviesa.

Me quedé en pausa...

-¿Qué?- susurre para mi, la sorpresa en mi voz.

Ese número desconocido era el mismo que me había enviado mensajes en la discoteca, pero diferente al que me hizo la llamada, yo revise las diferencias el día que recibí la llamada por sí era el mismo número jugándome una broma, pero no, eran distintos. No puede ser coincidencia que dos desconocidos me contrataran a la misma vez ¿O si? Ya no sabía que pensar.

Lo más raro es que el tipo del mensaje sabía que había soñado con un chico, eso daba miedo, si era una broma para mi no era muy chistosa.

-¿Kali cariño ya te estas preparando?- la voz de mi abuela me sacó de mis pensamientos de conspiración.

¿Para qué debía prepararme?

-Emmm... esto... si abuela claro ya voy, ya estoy casi lista- mi tartamudo obviamente me reveló.

Entre La Oscuridad De Las VelasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora