—Solo es un momento, si no tienen un deseo muy grande no pasará nada malo —dijo la chica del departamento de estudios generales mientras estaba frente a la clase 1A.
Todos estaban indecisos, pero la joven había sido tan amable y considerada en pedirles permiso, pudo perfectamente hacerlo sin decirles de antemano, sin embargo, ella llena de nervios entró al salón y les pidió aquel gran favor, con sus mejillas sonrojadas y jugueteando con su cabello.
Esa misma mañana la joven estudiante había hecho una apuesta con una amiga, si no era capaz de usar su kosei en una clase de héroes ella tendría que llevar un ridículo peinado toda la semana, lamentablemente hasta el momento en ninguna le habían dado permiso.
Tal vez debió haber usado su kosei sin preguntar primero, enpero ella simplemente no podía hacer algo así sin consentimiento.
—Creo que no hay problema, puede ser interesante —dijo Mina.
—Yo no tengo problema con eso —comentó Toru.
—Pero tenemos que amarrar a Mineta —sugirió Uraraka.
De repente la clase entera se dispuso a discutir sobre el asunto, a algunos les incomodaba a otros les emocionaba. Fue una decisión difícil, aún así, al final le permitieron a la chica usar su kosei en ellos.
El kosei de esta se llamaba deseo. Este hacía que las personas que la vieran a los ojos cuando lo activaba tuvieran el incontrolable deseo de cumplir su más grande anhelo.
Cuando la joven se dispuso a comenzar, tenía la atenta mirada de toda la clase sobre ella, aquello la intimidó, además que en aquel salón había tantas chicas y chicos guapos. ¿Por qué el departamento de héroes tenía tanta belleza reunía? Que desafortunada era ella por no poderlos ver todos los días y eso que solo estaba viendo sus rostros, no se podía ni imaginar sus cuerpos, después de todo ellos deben hacer ejercicio a diario.
"Contrólate, no puedes ponerte a babear aquí, eso sería demasiado vergonzoso", pensó la joven antes de concentrarse en su labor.
Cuando se dispuso a activar su kosei notó que algunos estaban nervioso, otros emocionados y un joven pequeño con cabello morado se encontraba amarrado a su silla por la cinta adhesiva, supuso que era Mineta.
—Solo deben verme a los ojos —instruyó la joven mientras activa su kosei.
Las reacciones no se tardaron y de un momento a otro la antes quieta clase era un remolino de movimiento y bullicio.
Toru corrió hacia Momo, tomó su maleta y sacó de ella un chocolate de aspecto costoso que la pelinegra siempre llevaba consigo, pero nunca había compartido con nadie.
Tokoyami se levantó de su silla y fue directo con Tsuyu cargándola como a una princesa para salir del salón con ella dirigiéndose quien sabe a donde.
Denki gritó a todo pulmón: —Te amo Jirou. —Haciendo sonrojar a la pelimorada.
Shoto sacó su celular y llamó a su padre, cuando esté contestó el bicolor empezó a descargar a gritos toda la rabia que había guardo hacia su progenitor por años.
Y así estuvieron un rato, todos hicieron tonterías que jamás se creyeron capaces de realizar, sintiendo un gran alivio al terminar. Pero algo que nadie se esperó hizo callar el alboroto del salón
Bakugo se levantó de su silla y caminó unos cuantos pasos hacia Izuku tras de él, el cual escribía como poseso en su cuaderno de notas murmurando sin parar mientras revisaba múltiples noticias de héroes en su celular. El rubio sin darle tiempo a nadie de detenerlo tomó al pecoso de la camisa haciéndolo levantar de su silla de un brusco tirón.
El sonido de la silla de Izuku cayendo los sobresalto a todos haciéndolos reaccionar de inmediato.
—¡Lo va a matar! —gritó Mina preocupada.
Kirishima no perdió el tiempo y corrió hacia su amigo para detenerlo de hacer una locura, pero cuando estaba a unos centímetros de alcanzarlo se detuvo.
Nadie se esperó eso, nadie podía creer lo que veían. Bakugo estaba besando a Midoriya con una pasión desbordante, pegándolo a su cuerpo en un fuerte abrazo y enterrando una de sus manos en su desordenado cabello verde.
Izuku no entendía que sucedía, estaba quieto dejándose hacer, no sabía cómo reaccionar, no sabía qué hacer ni que pensar. ¡Kacchan lo estaba besando! Cuan imposible era eso, una locura que jamás se creyó que sucedería.
Un gritó de dolor salió de sus labios, seguido de un gemido cuando el rubio mordió su cuello con fuerza para después darle una lenta lamida en la marca.
—Mío —susurró Bakugo en el oído del pecoso antes de separarse un poco para mirar a todos los presentes —. Deku es solo mío.
Y sin decir más cargó a un muy sonrojado Izuku en su hombro y salió del salón con él a cuestas.
—Creo que Midoriya está a punto de perder la virginidad —comentó Mineta rompiendo el silencio que se había formado.
Hola, aquí esta otra historia que se me ocurrió esta vez, no sé si les gustara, espero que si, a mí me entretuvo hacerla.
Estoy pensando en hacer una bien subida de tono para practicar el escribir cosas de ese tipo, ya veré que hago, después de todo esto también es para practicar.
No siendo más, gracias por leer esta historia, si encuentran algún error no duden en decírmelo se los agradeceré mucho.
Nos leemos en la próxima historia corta o en otra de mis historias.
Los quiero.
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Cuando me gana el insomnio
FanfictionHistorias cortas de mis ships favoritos que se me ocurren de vez en cuando y que deseó que ustedes lean. ...