𝗘𝗻 𝗮𝗺𝗼𝗿 𝗰𝗼𝗻𝘁𝗶𝗴𝗼 ‖ 𝟮𝘆𝗲𝗼𝗻 G!P -EN PAUSA-

Capítulo 39

Sentí una luz golpeando mis ojos, había amanecido. Froté mis ojos y al ver a mi lado vi a Jeongyeon, profundamente dormida. Ella realmente lucía como una bebé.

Revisé mi celular y vi que eran las 11:30 AM, aún tenía tiempo para desayunar, así que me vestí y fui a preparar el desayuno para mí y Jeongyeon.

No soy muy buena cocinando, así que decidí irme por algo rápido, unos huevos revueltos. Luego de unos minutos, decidí llevarle el desayuno a Jeongyeon.

Sinceramente, no quería despertarla, sólo quería dejarla descansar. Pero ya era bastante tarde como para seguir durmiendo, así que ignoré eso y decidí despertarla.

─ Jeongyeon-ah~, despierta ─la sacudí.

─ Mhmm... ─balbuceó.

─ Amor... es hora de despertarse.

Jeongyeon frotó sus ojitos y me miró entrecerrando la vista.

─ ¿N-Nayeon?

Ojalá no se acuerde de lo que pasó ayer.

─ Buenos días, amor ─dije con una sonrisa─. Te traje desayuno, toma.

Jeongyeon se intentó sentar en la cama.

─ A-Auch... mi cabeza ─se quejó.

─ ¿Te traigo agua?

─ Si... por favor.

─ Aquí tienes...

─ Gracias...

Sonreía por lo tierna que se veía, su cabello despeinado, los pucheros que hacía, como se frotaba sus ojitos. Es una bebé.

─ ¿Qué hago aquí? ─ preguntó.

Mierda.

─ Eh... ¿No recuerdas?... Ayer... la cita...

─ Oh... cierto, creo que será mejor que me vaya, no quiero mol-

─ ¡No! ─la interrumpí─. No te vayas... no es necesario...

─ Pero, lo que pasó ayer...

─ Ah... Me quiero disculpar por eso... fui una completa idiota al desconfiar así de ti... Lo siento ─me apoyé en su pecho.

─ Linda... ─reía─. No te preocupes...

Yo comencé a llorar.

─ ¿Estás llorando?

Ella me agarró del rostro, haciendo que la mirara a los ojos.

─ ¡Fui una idiota!... En verdad lo siento... ─bajé mi mirada.

Ella rio.

─ No te preocupes, eso pasó ayer, hoy es otro día...

─ Pero... ayer tomaste tanto que terminaste desmayada por mi culpa...

─ Eso ya pasó amor, no te preocupes ─me besó.

La volví a mirar a los ojos y comencé a reír por su rostro.

─ Dios... te ves muy graciosa ─reí.

─ ¿Lo hago? ─sonrió.

─ Si...

─ ¡Sonreíste! ¿Ves? Ya no importa amor... No te preocupes...

─ ¿Segura? ─dije haciendo un puchero.

─ Si, amor.

Volví a hacer un puchero.

─ Te ves muy tierna... ─sonrió.