Capítulo 57

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Pov Nayeon

Estos días no habían sido fáciles.

Habían pasado tres días desde la última vez que había ido a la escuela.

Tres días desde que hablé con Jeongyeon.

Claro, las chicas me inundaban de mensajes preguntándome si me había pasado algo, pero a Jeong, ninguno, a excepción de Jihyo.

Me sorprendía lo egoísta que fui hasta el punto de no permitir que se preocuparan por ella. Seguía culpándome por eso.

Y a pesar de que ahora estaba con ella, las cosas seguían siendo raras y estaban llenas de tensión.

Ninguna hablaba, ninguna se movía.

Pensé que después de esos abrazos ya no habría más rencores como estos, pero estaba equivocada.

Ambas estábamos con nuestras mochilas en este solitario parque, con la mentira de que iríamos a la escuela, no obstante, siquiera estábamos cerca de él.

Mi única razón para estar acá era resolver las cosas con Jeongyeon, pero no era fácil hacerlo.

Sabía que esto costaría, pero no sabía que costaría tanto.

Tampoco sabía que la culpa sería mi peor enemiga, la cual me consumiría poco a poco, al igual que mis pensamientos, los que lograron ser interrumpidos por el repetitivo tono de llamada de mi celular.

— Ugh, que molesto es que suene a cada rato —musité.

Las chicas no paraban de llamarme, y ya se había vuelto molesto.

─ Debe de ser lindo que se preocupen por ti ─habló sinceramente.

Nuevamente escuché su voz ronca y apagada. Aún me sorprendía cada vez que ella hablaba, pues no siempre lo hacía.

Y la culpa volvió a mí.

Siempre que decía algo, eso me destruía, pero no puedo quejarme, ella sufrió mucho más que mi simple dolor por sus verdaderas frases.

Yo suspiré sonoramente.

Quería decir algo, pero no sabía qué decir.

Todo era muy complicado, todo me daba miedo: hablar, reaccionar, moverme.

Todo era muy raro.

Me estaba preparando para hablar, sin embargo, Jeongyeon ganó sobre mi lentitud.

— Hay que ir a la escuela, aún tenemos tiempo para caminar —soltó.

No esperaba que dijera eso, pero solo me limité a asentir con mi cabeza y caminar manteniendo cierta distancia con ella.

La caminata hacia lo que sería el futuro infierno fue callada e incómoda, mas, no se compararía al interior de la escuela.

Aunque el pasillo estaba más vacío de lo habitual, no nos salvábamos de las miradas despectivas y jugzadoras de la gente, tampoco de los susurros para nada discretos.

El estar acá era extremadamente desagradable, y el caminar era cada vez más dificil, en especial para Jeongyeon, quien, de manera repentina, se detuvo.

—N-No —gimoteó.

—¿Jeong?

— N-No quiero estar acá, n-no, no...

La veía aterrorizada, la veía inquieta, hasta que de un momento a otro la vi corriendo y la perdí de vista.

— ¡Jeongyeon! ¿¡Qué pasa?! —grité.

𝗘𝗻 𝗮𝗺𝗼𝗿 𝗰𝗼𝗻𝘁𝗶𝗴𝗼 ‖ 𝟮𝘆𝗲𝗼𝗻 G!P -EN PAUSA-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora