Me llamo Monika Muñoz. Vivo en Madrid, pero dentro de poco me tendré que mudar con mi padre, ya que mi madre falleció del cáncer que padecia, la noche pasada. Me iré a Valencia, empezaré una vida nueva, desde cero. Estoy a punto de cumplir los 17 años. No queda mucho, la verdad, pero me hubiera gustado que mi madre estuviese conmigo el día mas importante de mi vida. Ahora veo que la vida no tiene dias importantes, sino personas inevitables de olvidar, como ella.
Soy una chica con un físico delgado, muy alta, más o menos mediré un metro ocheinta. La gente de Madrid se solía reír o burlar de mi estatura, pero yo no lo veo nada mal, solamente que no encuentro a nadie de mi talla. Tengo unos ojos verdes como los prados alemanes donde pasturan los bellos caballos, unos cabellos castaños y largos, con mechas californianas rubias que cambian de color suavemente cada vez que llegan a las puntas. Me solían repetir mil veces que era hermosa, pero para mi solamente soy yo y me da igual como de guapa soy.
Estoy en el Ave, de camino a Valencia. Escucho un poco de Yiruma ya que me hace pensar en todo lo que he pasado en esta vida. Sí, nadie canta, pero son mis gustos y me hace ver la realidad. Lo escucho tanto que hay veces que me se salen las lagrimas. Sobretodo "Kiss the rain" la canción mas hermosa que he podido escuchar nunca.
Acabo de llegar a Valencia. Suenan como truenos interminables emitiendo una canción, pero no. Es el tipico sonido de una melodia interpretada con pólvora por los artistas mas increíbles del mundo. Es la "mascletà", la "mascletà" fallera.
Hacía tanto tiempo que no venia a Valencia que no me acordaba de la existencia de las fallas.
Fuera de la estación de tren había mucha gente de muchos lugares. Un chico de mi altura, bastante guapo, de pelo largito echado hacia detrás y de buena vestimenta se me acerco a mi.
-Hola, estoy buscando a una tal Monika, Monika Muñoz-preguntaba-.
-Sí, soy yo. ¿Tu eres...?
-Jonathan Beltran-suelta una sonrisa y ella se la devuelve-. Tu padre, Josep, me ha dicho que venga a por ti porque el no podia venir.
-Valla, el primer día y ya se olvida de mi.
Nos miramos unos segundos hasta que le dije que si podríamos ir a casa ya para dejar las maletas.
Parece un chico de unos 18 a 19 años. Su forma de vestir es exageradamente perfecta. Me da envidia su ropa, todo de marca, o al menos me parece a mi. Es guapisimo y además con una sonrrisa perfecta.
De repente, un coete de la "mascletà" cayó a pocos metros de nosotros.
-¡Apartaros! ¡Rápido!-gritaba una joven que estaba detrás nuestra-.
El coete exploto segundos después y la chica vino rápidamente para ayudarme ya que estaba en el suelo inconsciente.