Bajo la nieve (Inazuma Eleven)(Finalizada)

Capítulo 2: Revelaciones (Corregido)

Inazuma Eleven ni sus personajes me pertenecen, son todas creaciones de Level-5. Solo los uso por diversión y sin fines de lucro. Aiko tampoco me pertenece, es un personaje que creó mi amiga para ayudarme.

Capítulo 2: Revelaciones

-¿¡CÓMO QUE MURIÓ!? ¿¡DÓNDE DEMONIOS ESTABAS TÚ CUANDO ESO PASÓ!?-Le gritaba totalmente enfurecido el padre de Kidō a Sakuma, quien solo permanecía con la cabeza gacha.

-Había... ido a buscar ayuda.-Dijo entristecido en un susurro.

-¿¡AYUDA!? ¡ESO ES LO QUE NECESITABA MI HIJO CUANDO LO DEJASTE SOLO PARA QUE LO MATEN, MALDITO DESGRACIADO!-El hombre se iba acercando muy enojado y con intenciones de golpearlo, pero los gemelos Fubuki (quienes acompañaron al de parche para no dejarlo solo con esto) se pararon delante para protegerlo.

-Por favor señor, no culpe a Sakuma porque de ninguna manera él tuvo la culpa.-Pidió el mayor de los dos hermanos con un tono sereno y algo suplicante.

-Lo que pasó fue culpa de esos malditos hombres que estuvieron evitando a la policía hace meses. El pobre está sufriendo tanto como usted.-A diferencia de su hermano, Atsuya tenía una postura un poco más seria y molesta.

Sakuma, quien se había mantenido con la vista en el suelo, tomó un hombro de cada uno y los apartó suavemente, acción que desconcertó un poco a los otros.

-Está bien chicos, no hay problema.-Les dijo con media sonrisa, por lo que los chicos lo miraban sorprendidos. Miró al señor con una mirada entre enojado y triste, y volvió a hablar.-Si a usted le calma golpearme por lo que pasó, está bien, yo cargaré toda la vida creyendo que si hubiese estado ahí él seguiría vivo, por eso no me importa. Puede golpearme todo lo que quiera, ya no me interesa.-Eso dejó a todos los presentes muy impresionados, pero más al señor, el cual sólo aparto la vista y se puso a llorar.

-No te golpearé, estoy seguro de que él no querría que lo haga.-Hizo una pausa para calmarse un poco, y volvió a hablar.-No te culpo, sólo... debes entenderme, él era mi único hijo y se ha ido. Lamento haberte gritado. Ahora... váyanse por favor, quiero estar solo un tiempo.-Luego de eso, los chicos salieron de la gran mansión.

Y eso era sólo el comienzo de todo, todavía debía decirle a Haruna, Genda y Fudō lo que pasó. Lo más difícil de todo sería decírselo a su pobre hermana, siendo que era el único que quedaba de su familia. Quería terminar de decirles de una vez, así que a los tres les mandó el mismo mensaje para que se encuentren.

"Necesito hablar contigo, es algo muy importante que debo decirte. Te espero junto a la fuente, en el parque del centro de la ciudad en cinco minutos, ve rápido por favor".

Era un mensaje corto pero directo, aunque los tres le preguntaron qué había pasado, solo se limitó a responder con un "Solo ve y allá te explico". Se dirigió junto a los Fubuki al lugar del encuentro. Cuando iban llegando, vieron a los tres hablando con miradas de preocupación, y al verlo venir, salieron corriendo.

-¡Sakuma! ¿Podrías explicarnos por qué nos reuniste a los tres aquí con tanta urgencia?-Le preguntó entre enojado y preocupado Fudō, a lo que el chico de cabellos celeste bajó la vista deprimido.-¡Responde Sakuma!-

-Tranquilo Fudō, si gritas no lo dejarás hablar.-Le dijo Genda poniendo su mano en el hombro de su alterado amigo, para después mirar al del parche-¿Qué ocurrió?¿Quiénes son ellos? -Preguntó lo último viendo a los gemelos.

-Ellos son Shirō y Atsuya Fubuki.-Respondió señalando a cada uno respectivamente. Luego de inhalar profundamente, decidió decirles porque los había reunido, aunque no pudo evitar que se le llenaran los ojos de lágrimas al recordar todo.-Lo que paso es que... Kidō... Fue asesinado.- Al terminar de decir eso, el llanto empezó a caer por su rostro.