¿Pudo haber sido una jugarreta del destino? ¿Alguién que tenía envidia? ¿El amor se había terminado? ¿Jamás se amaron? ¿Solo jugaron con los sentimientos del otro?
Nadie lo sabía excepto él, pero a pesar de saber la verdad jamás dijo nada, hasta qu...
Dos meses. Exactamente habían pasado dos meses desde que Jungkook lo había marcado nuevamente y no podía sentirse más pleno y feliz que nunca.
Luego de la noticia que Jimin les había dado sobre su estado no pudieron más que celebrar la pronta llegada de un nuevo integrante a su familia, porque sí, ahora los seis eran una familia y claro que hay estaba incluida la omega de Hoseok.
También había sentido a su lobo triste porque después de dos semanas de la noticia de Jimin decidió hacerse un chequeo con su doctor y éste le explicó que debido a los problemas que tuvo en un pasado con su lobo le sería difícil concebir un pequeño cachorrito, por lo que ahora se había resignado en la idea de nunca jamás poder ser padre.
Le había contado a Jungkook lo que su doctor le había dicho y tenía miedo a que lo culpara de todo, aunque él estaba muy consciente que si había sido su culpa, pero la más grande sorpresa fue cuando su pareja lo abrazó diciéndole que nada había sido su culpa; tan perfecto.
Realmente aún no se acostumbraba a la idea de no poder concebir pero debía seguir adelante no solo por él sino por su lobo, además estaba recibiendo ayuda por parte de su pareja y de su doctora.
—¿En qué tanto piensas? —la dulce voz de Jimin lo hizo salir de su ensoñación.
—En que hace tanto tiempo no he visitado a mi familia —dijo sonriendo mientras lo miraba— Quisiera ir a verlos.
—Vamos, te acompañaré —Jimin sonrió dulcemente— Además también tengo que visitarlos.
—¿Estás seguro? Le haría daño a tu bebé —dijo mirándolo.
—Vamos Tae, estoy bien —sonrió— Mi pequeño cachorrito esta bien, así que vamos a visitar a tus padres.
Jimin se puso de pie para así llevar consigo a Taehyung, y entre risas salieron de la casa del último mencionado. Ya en el auto le avisaria a su pareja donde estaría el resto de la mañana.
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Taehyung en el camino hacia el cementerio había llamado a Jungkook para decirle donde estaría en caso de que llegue a casa más temprano, ambos se habían dicho cuanto se amaban y lo mucho que se extrañaban. El omega con una pequeña sonrisa se arrodilló frente a las tumbas de sus padres, con sus propias manos quitó un poco de las hojas secas que estaban sobre las lápidas y con cuidado colocó las flores en sus respectivos jarrones.
—Lamento haber olvidado venir durante estas semanas —dijo— He estado un poco ocupado en mi recuperación, lo estoy haciendo, poco a poco pero lo hago.
