V

956 180 46
                                    

-Bien, esta listo- después de rociar aquel amarillezco liquido al lado del arroz, decoro con un huevo pasado, su acompañante espero pacientemente que el peruano pusiera el plato en la mesa, solo que poco a poco el tentador olor lo desesperaba más. Miró con alegría cómo el concursante dejó el plato enfrente suyo.

-Al fin- susurró, recibiendo la mirada confundida del presentador. Habia olvidado por unos cuantos momentos que era el jurado de este concurso, volviendo a retomar su postura cambio su mirada feliz por una totalmente fría.

Tosio para distraer la atención del presentador de sus anteriores palabras, después de que este introdujera el platillo, su procedencia y los ingredientes pudo permitirse degustar. Llevó un poco del guiso amarillo y arroz a su boca, el primer bocado de muchos otros más.

Ese sabor era algo que no podría olvidar, ni aunque quisiese.

-Ají de gallina- pronuncio el nombre con secreto deleite.

-Felicidades, ganaste un trofeo más en un concurso gastronómico- Perú levantó la cabeza para ver a alguien, Japón

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

-Felicidades, ganaste un trofeo más en un concurso gastronómico- Perú levantó la cabeza para ver a alguien, Japón. Un amigo que hace mucho tiempo no veía.

-Japón- llamó por él. El nipones se sentó a su lado, ambos sumergiéndose en un silencio profundo pero para nada incómodo.

-¿Cómo estás? Supe que ingresaste a la academia que tanto querías- el asiático intento romper el silencio.

-Si pude entrar ¿Quién diría que fue porqué sabía cocinar? El director está loco- Perú río.

-¿Qué? ¡¿Enserio?! Wow que suerte la tuya- el asiático nunca imaginó, ni en sus más alocados sueños, que aquella prestigiosa academia, esa donde sus estudiantes parecían ser de otro nivel, más cultos, más agraciados. De la cual sus ex alumnos no eran más que destacadas figuras políticas, militares o sociales; llegará al punto de aceptar a un alumno porque sabía cocinar era increíble. No lo malentiendan, la cocina era importantísima, pero nunca creyó que fuera los suficiente para darte una beca sin confirmar tú rendimiento académico, era lo raro del asunto.

Aunque si se trataba de su amigo, no debía estar tan sorprendido. Era de esperarse, debió haberlo imaginado.

-¿Entonces no es muy tarde para aprender a freír un huevito?- Japón lanzó su pregunta, tal vez si aprendía a cocinar para el siguiente año podría ganarse una entrada a esa preparatoria, como su amigo. O no tan así, nunca podría cocinar cómo el lo hace. Hay que ser sinceros, sería considerado una fortuna si aprendía a no quemar el arroz o a no dejarlo crudo, cómo siempre sucedía alguna de esas dos. Hasta había veces que dejaba una parte del arroz cruda y la otra quemada.

-Ni hervir agua sin evaporarla puedes, y ya quieres ser todo un Masterchef- ambos rieron. Bromeando como hacían antes.

-Te extrañé- Japón agarró la mano derecha de su acompañante entre las suyas.

-Pues yo no- Perú se ganó su pequeño golpecito en el hombre por su comentario, y una mirada de fingido dolor.

-¿Cómo que no?- soltaron unas risas ante eso, siguieron bromeando un rato más hasta que llegó el autobús de regreso a casa y ambos se subieron, entre reclamos del asiático por ser tan frío con él y la risa del peruano.

Ninguno de los dos notó a esos europeos mirarlos algo resentidos. Ellos pues quienes habían dejado a un lado sus actividades para ir a ver al peruano, al cual ni siquieran pudieron acercarse al terminar el evento, y todo por culpa de ese individuo; observaron toda la interacción entre ambos esperando que en algún momento se alejará del peruano para ellos ponerse en acción. Pero no pasó, debieron interrumpir su charla cuando pudieron.

-¿Y ese quién se cree que es?-

Mikhuy [Todos X Perú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora