Chapter 1 🦋

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Taehyung acarició delicadamente el rostro de Jeon. Él se removió ante su suave tacto, abriendo con lentitud sus párpados mientras lograba enfocar aquel rostro tan perfecto que tenía la dicha de ver. Siempre era así, gozando de esa sensación tan mágica que rodeaba ambos cuerpos cuando apenas el sol comenzaba a aparecer en el horizonte.

La luz entrando por medio de las finas cortinas de aquellos ventanales que poseía la amplia y ostentosa habitación del mayor de los dos.

No había que ser un genio para saber que cada vez que podían la pareja se escabullía solo para mostrarse más del amor que sentían por el otro. A pesar de ser prohibido.

—¿Dormiste bien? —preguntó el azabache con una suave sonrisa en su rostro. Deleitándose de esa preciosa estampa de su amado recién despierto. 

—Siempre lo hago cuando puedo dormir a tu lado.

—Sabes que amo hacerlo—le aseguró mientras regalaba algunas caricias en los brazos descubiertos, los cuales poseían ciertos brillos que resaltaban su tersa piel canela, mientras el castaño lo disfrutaba como un gatito necesitado de mimos. Apegándose más a su pareja como si de un imán se tratara. Con el único fin de sentir el calor corporal de su ser amado—. Y también amo a nuestros amigos por ayudarnos en estos apuros.

—Lo sé, Yoongi y Minnie son los mejores—afirmó el castaño, pero luego su rostro mostró un semblante de tristeza que el azabache resintió. Porque detestaba verle así de afectado—. Es lamentable que no podamos quedarnos más tiempo juntos.

—Hey... Mi amor—le llamó con suavidad, acunando su rostro entre sus callosas manos—. No te desanimes, los dos sabíamos muy bien lo que nos esperaba desde que comenzamos nuestra relación. Así que no desaprovechemos los momentos que nos quedan hasta que sea nuestra despedida, ¿sí?

—Está bien...

—Vamos, regálame una de tus preciosas sonrisas—pidió con calma y el contrario hizo caso de inmediato mostrando su preciosa sonrisa cuadrada. Aquella en la que Jungkook siempre adoraba perderse. Tan brillante y única como su dueño.

—Eso está mucho mejor. ¿Pero sabes que más deseo? —el joven negó desconcertado y su pareja comenzó a hacerle cosquillas. Provocando su melodiosa risa que no tardó en inundar el ambiente—. Sin duda podría escucharte toda la vida, mi amor.

Al final ambos rieron bajo las sábanas de seda que cubrían sus cuerpos desnudos, sin siquiera imaginar que aquellos momentos llenos de felicidad estaban a punto de terminar.

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Jungkook salió con sigilo de aquella habitación, encontrándose con su mejor amigo que le esperaba sentado en medio del pasillo. Con el rostro delatando lo aburrido que se encontraba.

—Por un momento pensé que tendría que tumbar la puerta, y eso no hubiera sido agradable para nadie, Jeon.

El chico sonrió por el tono serio del más pálido y dijo—. Lo siento mucho Yoongi, ya sabes que cuando estoy a su lado, las horas se me hacen tan cortas. Tanto así que me olvido de todo lo que sucede afuera de la habitación.

—Lo sé, y lo entiendo porque puedo decir lo mismo de Mimi, pero no olvides que nuestros casos son diferentes.

—Ni me lo recuerdes... —el caballero suspiró, pasando una mano por su cabello con cierta ansiedad—. Tae me dijo lo mismo.

—Lo siento tanto, Kook. Pero solo trato de cuidarte—el mayor sonaba realmente preocupado—. Es un alivio que nos hayan encargado a nosotros cuidar de los aposentos del príncipe. Sin embargo, no hay que bajar la guardia ya que alguien del resto del palacio podría aparecer y no quiero saber cómo terminaría todo esto.

—Supongo que esa es una parte de castigo por haberme enamorado perdidamente del príncipe de las hadas, ¿no?

—No lo veas de esa forma, el amor tan puro que sienten por el otro es como un milagro. Todo sería más fácil si tú también pertenecieras a su especie, y no fueras un simple caballero a su disposición.

—Gracias por animarme, hyung. Yo también te quiero mucho—el azabache rodó los ojos, tratando de verlo por el lado amable—. Lamento no haber nacido como un príncipe que fuese digno de un ser tan hermoso en todos los sentidos como lo es Taehyung.

—No lo dije con esa intención—se corrigió rápidamente, no queriendo herir la susceptibilidad del menor—. Lamento ser tan sincero, pero si te lo digo es porque te quiero como si fueras mi hermano pequeño. Ni Mimi, ni yo quisiéramos que fuera así. Cada día se vuelve más complicado y a veces parece que se les olvida, tal y como hoy. 

El mayor aseguró y Jungkook asintió con un leve movimiento de cabeza, estando de acuerdo con esas palabras.

Él realmente sabía que ese par deseaba lo mejor para ellos, por eso se ponía en su lugar. Sus amigos también corrían muchísimos riesgos, pero aun así les ayudaban sin esperar nada a cambio y eso era algo de valorar—. Te estoy esperando desde hace media hora, o ¿acaso no recuerdas que tenemos entrenamiento? —le cuestionó, levantando una ceja—. Ya no vas a alcanzar a desayunar y vas a estar todo débil que te van a derrumbar en cuestión de segundos.

—Eso es lo de menos, hyung. Puedo estar con el estómago vacío, pero estoy con el corazón contento. Pensé que ya conocías mis habilidades—contestó como si fuera lo más obvio del mundo, obteniendo un bufido de respuesta—. Solo confía en mí. 

—Me alegro entonces—el chico rio al notar el sarcasmo que se desbordaba de esas palabras, por lo que propuso lo siguiente.

—Ya mejor vámonos, hyung. Quiero al menos poder ducharme.

—Lo necesitas. Te dejó puro polvo de hadas encima, brillas más que mi futuro—Yoongi se burló y el menor contratacó con diversión.

—Al menos yo tengo la decencia de hacerlo, ya he perdido la cuenta de las veces que tú has llegado en mismas condiciones.

—Cállate y andando.

El azabache le sacó la lengua, mientras su amigo le ignoraba. Tratando de seguir ofendido, pero muy dentro de él también se había divertido por la forma en la que había quedado expuesto. Sin querer había perdido en su propio juego. 

Ese chiquillo podía ser muy ocurrido cuando quería. Esa era una de las muchas razones por las que sabía que su alteza había quedado totalmente encantado con él en muy poco tiempo, pero también tenía que hacer especial mención a que Jungkook era de esas personas que te inspiraban confianza, y uno no podría negarse a entablar más que sea una conversación con el susodicho.

Era conciliador, amistoso, divertido, valeroso, leal y siempre podía volverse tu mejor apoyo y cómplice. Por ese motivo su mejor amigo merecía lo mejor de lo mejor. Todo para que su sonrisa tan brillante y tierna como la de un conejito jamás desapareciera.

Yoongi en realidad esperaba que las cosas siguieran así por un tiempo, no pedía nada más.

Continuará...

Continuará

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In the name of love; JJK & KTHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora