Chapter 5 🦋

4.6K 704 39
                                    

—¿Lo estás diciendo en serio, Jiminnie?

—Sí TaeTae, acabo de escuchar a algunos sirvientes decir que los elfos quieren invadirnos para conseguir una parte de nuestra tierra que está llena de cultivos.

—Rayos, ayer ya estaba estresado por lo de los pretendientes y ahora esto... —el castaño se tomó del cabello, totalmente frustrado—. ¿Pero ya es seguro?

—Al parecer fue una declaración de guerra que le enviaron a su majestad. Sin embargo, no se sabe cuándo sucederá, por eso los caballeros deben estarse preparando desde ya.

—No puede ser. Entonces Jungkookie y Yoongi hyung tendrán que ir.

—Lo sé, es su deber—Jimin suspiró, con una mueca que no podría ocultar por nada del mundo—. Pero lo bueno es que no estarán en primera fila.

—Es una gran ventaja, aunque no quisiera que ninguno de nuestros soldados saliera herido.

—Lastimosamente este es el precio de la hostilidad y egoísmo entre ambas especies—afirmó el rubio con semblante decaído—. Solo podemos esperar a que salgan bien librados de esta.

—Sí...

🦋

Ese mismo día, Jungkook y Taehyung se escabulleron a su lugar secreto desde muy temprano. Fue luego de haber almorzado con la intención de dar un paseo en los alrededores donde el día anterior habían notado que, gracias a la primavera distintas flores habían comenzado a florecer, llenando de color y contrastando con el color verde del resto de plantas presentes en el lugar.

Mientras Taehyung se acercaba a unas preciosas rosas, con el objetivo de oler su exquisita fragancia, Jungkook se adelantó arrancando una violeta, observando a su pareja para ubicarse a su lado y ofrecérsela con cariño.

—Una flor para otra flor... Aunque tu belleza se queda corta como para ser comparada con ella.

—Ohhh, Kookie... Cada vez eres más cursi.

—Lo sé, pero amo serlo por ti—Taehyung le sonrió y le hizo una seña que rápidamente el contrario comprendió. El mayor quería que pusiera la bonita violeta tras su oreja. Y así fue, ajustándose con gracia a la zona—. Te luce perfecta.

—Gracias, mi amor. Ahora ven a reclamar tu recompensa. 

El hada ofreció, apuntando sus labios rojitos naturalmente. Una completa tentación para el caballero que solo sonrió y le dijo—. Sus deseos son órdenes, alteza.

Y así la pareja unió sus labios compartiendo un dulce beso, como si no existiera nada que perturbara su mundo lleno de color. Jungkook acarició la fina cintura de Taehyung por sobre la tela de seda, mientras este apretaba el agarre alrededor de su cuello, masajeando la nuca ajena.

Se separaron luego de un travieso juego entre sus lenguas. Con las respiraciones agitadas por la necesidad de un poco de oxígeno, las mejillas cubiertas de un tierno rubor y los ojos brillantes en anhelo.

—Tus labios son como un elixir para mí, ¿lo sabías?

—Mmm... —Taehyung sonrió con un aire pensativo. Jungkook le observaba expectante por una respuesta—. Pues si mis labios son como un elixir para ti, los tuyos son como un bálsamo para mí.

—¿Un bálsamo? —inquirió con curiosidad, mientras masajeaba su espalda baja. El de cabellos rizados disfrutaba su tacto.

—Sí, y antes de que se te ocurra decir que estoy comparando tus labios con una sustancia para curar heridas, te diré que me refiero al significado de que son como un consuelo para mí. Porque con cada beso que me das, traes alivio a mi corazón, a mi mente y a mi alma, y eso es algo que quiero que nunca olvides.

—Vaya... Me conoces tan bien, sin duda hubiera roto esta confesión tan romántica de no ser porque te adelantaste a explicarlo—Jungkook sonrió de lado y con su mano libre acunó el rostro del contrario, dando especial atención a la mejilla sonrojada—. No lo podría olvidar, ni así estuviera en mi lecho de muerte.

—No digas esas cosas... Ya es suficiente con que me tenga que separar de ti y casarme con otro hombre al que no amo—Taehyung ladeó más su rostro para sentir las caricias de parte del azabache, como si fuera un cachorrito—. Te conozco como la palma de mi mano, amor mío.

—Bien, tú ganas. Pero que conste que deberás tenerlo presente, porque mi amor es eterno y puro, te convertiste en mi lugar seguro Tae y pase lo que pase, yo te tendré presente en mi corazón, porque toda tu existencia quedó grabada en mi alma.

—¿Me quiere hacer llorar, sir Jeon? - cuestionó con los ojos vidriosos, tratando de disimular lo mucho que le afectaron esas palabras—. Porque lo estás logrando.

—Solo si son lágrimas de felicidad, porque de esos preciosos ojos cielo deseo que nunca se desborde la tristeza—Taehyung asintió con suavidad, tratando de recuperar la compostura y no largarse a llorar. Jungkook solo le regaló una mirada llena de cariño—. Entonces está bien así, mi príncipe.

—Eres un tonto—regañó el castaño y su acompañante respondió con confianza—. Pero soy tu tonto, Tae.

—Lo eres, sin duda lo eres, pero así eres perfecto para mí, y no lo cambiaría por nada.

El azabache dejó un beso en la frente del contrario, y se separaron para que Taehyung extendiera su mano para que la tomara. Entrelazaron sus dedos acariciándose en el proceso, y siguieron con el paseo por un rato más hasta que llegó la hora de volver al palacio. Ya que para no levantar sospechas se habían ido desde muy temprano, para una vez más actuar como si entre ellos nada hubiera pasado.

Fingiendo que la única relación que les unía era la de sirviente y amo.

Y no la de un par de locos enamorados.

Que sus tratos eran de pura amabilidad y cordialidad, el deber de servir fielmente a su alteza, y no del más precioso sentimiento que pudiera hacer latir con fuerza sus corazones, hacer vibrar sus cuerpos y arraigarles el deseo de pasar todo el tiempo al lado del otro.

Claro que no, era prohibido. Todo por las tradiciones que se debían seguir al pie de la letra, por disque un bien mayor.

Cuando aquello solo marchitaba la esperanza de vivir en tan encantador sueño.

Porque así sentía ser correspondido. 

Porque de esa forma eres capaz de decir que amas de verdad, y que te aman con la misma intensidad.

Pero con el pesar más grande, aquello tendría que mantenerse en ese secreto, aún si se volvían infelices por el resto de sus vidas.

Simplemente no había nada más que pudieran hacer. Sí, así de triste era su situación.

Ya que ellos habían comprendido que no se podía nadar contra corriente cuando tu destino estaba decidido por alguien más.

Continuará...

Continuará

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
In the name of love; JJK & KTHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora