Love? doesn't have to be grateful

almas del silencio (XXXII)

Todo parecía que iba a peor, todo, el mínimo rayo de luz que conseguían ver mis ojos era apagado y cada vez ellos eran más tristes, cada parpadeo que dolía como si un puñal formado por todas esas veces que decidí callar, me golpeara, era el silencio él era el causante de todos los males, por encargarse de juzgar todos los excesos de palabras y la falta de ellas, y es que siempre le preguntaba cuál era el mal de mis palabras que debía hacer para dejar de sentir la llegada del alma del silencio como si muriese y reviviese a la misma vez, con tal de volver a escuchar mi voz suplicando que todo parase, era mejor que quedarme callada mientras me rompía a pedazos como una frágil hoja de papel cuando unas tijeras se acercaban a cortar, ese era el problema en mí , la falta del silencio el no saber cuándo callar, lo que él no sabía es que el papel también corta, pero mis intentos de cortar solo eran en vano, podía hacer daño, pero no contaba con que mi contrincante era más fuerte, todo podría haber acabado ahí simplemente podía haber callado, dejarle ganar, pero mi cabezonería me hacía pasarlo mal, me hacía replicar, me hacía protestar, acaso era lo que estaba mal en mí, o era su culpa por no saber escuchar por negarse a negociar, sé que no podía negociar mi libertad, la libertad de mis palabras, de mi voz.

Pensaba que todo acababa ahí que no tenía salvación pero la rebeldía de alguien más me susurraba siempre al oído, no se como "el silencio" no lograba oír la voz de aquella mujer que me pedía, revelarme, me pedía luchar, me impedía quedarme parada, creando melodías en mi cabeza, escenarios, pistas, que me hicieran no perder la cordura o quizás esto era una señal de que ya la había perdido, de todos modos , ya no había arrepentimientos la posibilidad de fallar era, casi el porcentaje al 100 por 100 pero que debía hacer entonces, mostrarme sumisa al silencio cuando lo que quería era llenar el mundo de palabras e historias que me quedaban por contar.