Love? doesn't have to be grateful

Amor verdadero

Era un día de madrugada normalmente sin importancia, pero quizás se volvio relevante
justo en ese momento exacto cuando crucé mi mirada, con la suya, ambas inesperadas
fue una sensación extraña de estas que se infiltran en tu cuerpo en medio de una respiracion y te dan una razón para con valentía coger aire y tomar la siguiente, eso me producía su mirada, unas ganas inmensas de descubrir que se escondia detrás de esa sonrisa dispuesta a encontrarte con la mía, como si estuvieran predestinadas. Unidas por el mismo lazo. La misma constelación.

Eso lo tenía claro, sabía que si el universo algún día se esfumara ella sería esa esencia que perdura en el tiempo, ya que nunca se cansarian de ella.

Sabía que cuando dejara de sentirla correría hacia sus brazos y aunque no la encontrase físicamente se encontraría cerca pues las estrellas nunca dejan de brillar, ella era mi estrella, era esa luz que estaba dispuesta a ver incluso cuando quería aislarme en la comodidad de la oscuridad

Eso pasaba a menudo, discutíamos sobre porque una estrella que fue creada con la suficiente fuerza como para guiar a toda una constelación, se conformaba con ser un punto de luz dentro un agujero negro destinado a la autodestrucción.

Y quizás a esa estrella no la destruyó la oscuridad, quizás se perdió sola en su propia luz al igual que aquel espacio de oscuridad consumió la luz azul que había en mi. Justo la luz que proyectaban sus ojos ahora se que la vería cuando me viese a mi.

Ella solía decirme que allí donde el sol no puede llegar y solo la luna se atreve a mirar
se encontraban las estrellas derrotadas por la oscuridad pero no dejaban de brillar, quien dijo que las estrellas fuesen todas doradas y  delicadas

Nunca fui una estrella para admirar pero de alguna forma decidí revelarme contra mi propia naturaleza, para asi poder encontrar tus ojos en mi  cada vez que me mire al espejo, el reflejo de tu luz.

No se como aparecío ese sentimiento pero juraría, que se prolongaría el tiempo como lo hacen las miradas de amor verdadero.