Passive-Agressive || [ Bakudeku ] +18

Capítulo dos: Dependencia.

¿En qué momento no puedo dejar de vivir sin ti?

Siempre estuve enamorado de ti, siempre deseé que ambos tuviéramos nuestro final feliz, anhelaba con todo mi corazón que correspondieras a mis sentimientos...

Y después de tanto sufrimiento, dolor y lágrimas; creo que comienzo a ver los frutos de mi esfuerzo.

Comencé siendo un juego para ti. Dijiste que sólo saldrías conmigo por diversión, pues nunca jamás un chico se te había declarado y ni que decir de pensar en tener una relación con uno. Era común; según argumentaste, que las chicas te dijeran que estaban enamoradas de ti, de tu rudeza y tu personalidad frívola y explosiva... Estabas acostumbrado a que los chicos te envidiaran, te tuvieran celos y quisieran ser como tú; qué el respeto y el miedo eran sentimientos comunes de ellos hacia ti.

Pero, ¿amor? Jamás.

Nadie se había atrevido a amarte, siendo del mismo sexo que tú.

***

— ¿Eres un maldito fenómeno o qué? —cuestionaste el día que decidí declararte mis sentimientos, a solas— ¿Sí captas quién soy? —cuestionaste de nueva cuenta.

—Eres Bakugo Katsuki —contesté con un hilo de voz, sin mirarte, por temor a tu rechazo—; eres de los chicos más populares de la universidad, junto con Todoroki Shoto o Mirio Togata...

—Ajá, imbécil —respondiste con evidente fastidio—; y también soy un hombre. ¿Cómo crees siquiera posible que pueda yo amarte a ti?

Alcé el rostro y sentí mis ojos llenos de lágrimas. Claro, estaba seguro de que dirías eso... Pues siempre estuviste rodeado de chicas hermosas, de personas deslumbrantes e importantes tanto como tú... Y aunque yo... era una persona más en este lugar... Estaba seguro de que...

—Sí me das la oportunidad puedo demostrarte que puedes ser capaz de amarme.

Tus ojos resplandecieron fugazmente con la inquietud, y tu boca surcó una ligera y burlona sonrisa, que me estremeció de pies a cabeza.

Este era el principio del fin.

— ¿Estás dispuesto a probar que puedo enamorarme de ti?

—Claro —aseguré, con repentina valentía—. Sólo... So-Solo tienes que darme la oportunidad, Kacchan... Prometo qué...

—Suena divertido —atajaste, mirándome con desdén. Pero, aunque había rechazo en tus palabras, esto provocó un gran vuelto en mi corazón, extasiado de tener una mínima oportunidad contigo—, parece que podría ser un pasatiempo interesante.

—¿Eso significa...?

—Bésame —ordenaste.

Jamás creí que una simple palabra podía tener tanto poder sobre mi mente, mi cuerpo y mi alma; y menos sí esta palabra provenía de tu boca. Tu orden resonó por toda mi corteza cerebral, mis ojos se enfocaron en tus labios que lucieron apetitosos después de que la pronunciaras; mi cuerpo comenzó a temblar, pero no estaba tan seguro de sí era de miedo, excitación o adrenalina.

Pero estaba emocionado.

Y ansioso por besarte.

¿Es esto acaso un sueño?

Porque sí es así, prefiero jamás despertar.

—¿Vas a besarme o qué? —espetaste con una octava más de voz.

—S-Sí...

Me acerqué lentamente, acortando la poca distancia que había entre nosotros; el suave y potente aroma a loción masculina inundó mis fosas nasales, estremeciéndome una vez más...

¿Es así como se siente el paraíso? ¿Esta es la felicidad? ¿Es eso lo que se siente amar y ser correspondido?

Desde ese beso, jamás pude dejar de pensar en ti. Siempre estuviste presente en mi mente, en mis acciones diarias, en mis pensamientos y palabras; de un día para otro, después de ese beso; pasaste a ser el centro de mi universo.

Eras el sol, eras mi oxígeno, eras mi vida misma.

Kacchan... Te volviste esencial en mi vida, en mi día a día.

Y ese fue mi grave error.

Esa fue tu arma más poderosa.

Porque yo sin ti no podía vivir, no sabía que hacer con la simple idea de que pudieras abandonarme, me negaba a creer que decidiste estar conmigo porque sólo era un pasatiempo... Estaba seguro que si me volvía devoto, fiel y comprometido a ti, todo cambiaría.

Me amarías con la misma locura, con la misma pasión... Y ahora sería yo el centro de tu vida, me enseñaste a necesitarte y estaba desesperado por que tú me necesitaras.

Kacchan, quiero ser tu todo, así como lo fuiste para mí.

Quiero ser tu aire.

Quiero ser tu sol.

Quiero ser tu vida.

Quiero y necesito ser tu todo.

¿Qué acaso no te das cuenta?

Me he vuelto dependiente de ti.

Sin ti, mi existencia no tiene sentido alguno, sin tu sonrisa, sin tu mirada, aunque sea cargada de desdén y fastidio; sí tu existencia deja de estar presente en mi vida... Me volvería loco.

Kacchan, apresúrate y ámame... Qué tenemos toda una eternidad para disfrutar de nuestro amor.