—Deberías agradecer que puedes regeberarte.—musitó el azabache mientras limpiaba con cuidado la espalda de la menor.
Koi bajó la vista apenada, se encontraban en la enfermería, ella sobre la camilla, dándole la espalda, y el de pie, haciendo su trabajo, Recovery girl no se encontraba en aquellos momentos, por lo que él tuvo que hacerse cargo. La albina cubrió pudorosa sus pechos con su propia camisa y suspiró.
—Fue muy imprudente, Koi.—le recordó Aizawa, terminando de poner la gasa sobre la herida.—Por suerte tu ala ya está comenzando a sanar, pero no podrás volar, por lo menos en dos semanas.
Ella asintió, aún en silencio, sin ganas de quejarse.—Gracias...
—Es mi trabajo.—le recordó, se apartó un poco y se giró.—Ponte tu ropa, por favor, curaré tu mejilla.
Ella acató las órdenes sin rechistar, se colocó su brassier y seguido la camisa, la cual pasó de beige a rojo y negro por su sangre.—Listo.
Quedaron frente a frente, con el mayor limpiando meticulosamente el rasguño que le habían hecho en el rostro.—Tengo que notificarle ésto a tus padres, no ha sido solo un rasguño.
Ella carraspeó y apartó la vista, incómoda, no tenía idea de cómo hacerle saber lo que había pasado, y era consciente que la UA aún no era conocedora de su situación, bajó la vista y retorció sus dedos, incapaz de decir nada.
Pasados unos segundos más, habló.—Mis padres están m-mu-muertos.—respondió con voz temblorosa.
Shota quedó perplejo por momentos, separó sus ojos de la herida para poderlo en la mirada dolida de su alumna, quién se empeñaba en no llorar, admitir aquello en voz alta le resultó más difícil de lo que creyó.
—¿Hace cuánto que estás sola?—indagó, cuidadoso, volvió a el corte y colocó un curita rosa.
Koi desvió la mirada nuevamente, incapaz de sostenerla.—Tres meses.
El silencio se hizo presente por eternos momentos, en los cuales Aizawa recogió todo, y se mentalizó para saber qué hacer.—Me hubiera gustado que lo comentaras antes.—admitió con un suspiro.—Vamos, a puesto a que aún no cenas, es lo mínimo que puedo ofrecerte después de salvar a esas dos chicas.
Koi lo miró a los ojos por primera vez, sorprendida ante la invitación de su profesor, pasó el nudo en su garganta y se dispuso a negarse, más el rugir de su estómago se le adelantó, avergonzandola, sus mejillas se tiñeron de carmesí y volvió a apartar la mirada.
Asintió sin más, no tenía sentido mentir.—Solo me pongo algo sobre esto y voy.—le respondió.
—Te espero afuera de la academia.—le informó antes de salir.
Koi bajó de la camilla y a paso ágil, aunque adolorido, llegó hasta su habitación, se limitó a tan solo colocar una sudadera negra encima y salir en busca de Shota. Su mente seguía nublada, incapaz de procesar todos los sucesos que habían ocurrido en tan solo horas, aún podía sentir sus dedos cosquillear por la adrenalina, y la sensación de la cuchilla y el calor inhumano atravesando su piel seguía presente, tan vívido que le causaba escalofríos. Soltó un suspiro y escondió las manos en el bolsillo de su suéter, deseando por primera vez en mucho tiempo que nadie le prestará atención, necesitaba un momento para ella, para dejar a su cabeza asimilar todo.
Finalmente llegó hasta donde el mayor lo esperaba, espabiló un poco y se acercó sin más.—Vamos.
Comenzaron a andar, acompañados de un silencio casi sepulcral, incómodo para la menor, quién comenzaba a cuestionarse si había sido buena idea aceptar, resignada le siguió el paso por detrás, incapaz de prestar atención, y chocando sus alas con algunas cosas en el camino.
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I am NOT an Angel [SHOTA AIZAWA]
FanfictionLos asesinos no pueden ser héroes, ¿O sí? Ella llora, la sangre aún permanece en sus manos. Ella tiembla, lleva un mounstro encerrado en su piel. Ella quiere escapar, huir de su quirk, huir del pasado y la culpa. Ella quiere ser libre.... [...] 🌙Ho...