Faking it [Dekuraka]

Sospechas, sospechosas sospechas

Uraraka pov:

Si mientes, soy capaz de devolver el favor. Si huyes de mi, puedo huir sin miedo al que dirán. Si gritas, no me importará gritar también.

Porque las sospechas están en mi cabeza, las dudas sobre ti me tienen sin dormir, Midoriya Izuku.

Con una cruel emoción, con un cruel destino, me encuentro en tu habitación, esperando a que desees volver, pero tu rostro al verme es puro enojo.

—¡¡¿Qué mierda haces acá Uraraka?!! —dices enojado cerrando la puerta para que nadie nos escuche.
—¡Pues vengo para que me digas! ¡¡¿qué demonios te pasa?!! —respondí con el mismo sentimiento.
—Como si te importara, vete —exclamas mientras te acercas a la puerta, pero no Izuku, sostengo tu brazo y te detengo.

—¡¡Me importa, me importa mucho más de lo que quisiera maldición!!! Así que siéntate y háblame por Dios, ¡¿que te está pasando?! —dije mirándote.

Refutando murmullos bajos te sientas, colocando tus manos en medio de tu regazo, en forma de puño las juntas y me miras.

—¿Y que quieres hablar? —dijo serio en voz baja
—¿Que paso con aizawa sensei? —dije acomodándome en el sofá.
—Cosas familiares que ya se solucionaron —dijo.

—¿Y porque le comentaste a Katsuki que fue una felicitación por tus notas académicas? —dije encarando su mentira
—¿Cómo..? —susurraste.
—¿Crees que no dudaba de algo así?, ¿me crees idiota para no darme cuenta de las cosas Izuku? —dije exaltada.

—¿Y porque necesitabas que tu amor platónico te ayudara a ver las cosas, ah? —susurraste para pararte frente a mi
—Como supiste.. —dije dudosa

—¿Acaso a mi también me ves como un tarado Uraraka?, ¿enserio no se te metió en la cabeza que alguien podía verlos?? No... pero si soy yo quien esconde cosas ya soy un estupido mal novio —dijiste enojado
—¿Ahora te quedas callada, no? —comentaste luego de varios minutos llenos de silencios.

—Pues fíjate que el mismo día que los vi, unos villanos mataron a mi mamá. Porque si, ese es el maldito problema y ¿sabes que? Menos mal ella nunca te conoció —dijo para empujarme, caminando hasta la puerta, que era tocada a gran urgencia por alguien.

Me mira y sabe que estoy llorando, sabe que no quiero que abra aquella puerta.

Y sonríes, con la misma sonrisa de aquel día, abres la puerta y se encuentran Kirishima, Momo y Tsuyu. Los tres no son capaces de hablar con él, porque te habías ido de la escena.

Donde estaba sobre tu cama, llorando desconsolada mientras mis compañeras entraban a la habitación y Kirishima te seguía desesperadamente.

Al parecer, las sospechas eran obvias, y las verdades, fueron relatadas.