Oops

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Desde su ventana había estado observando a su vecina por más de 20 minutos. Si señor, Lalisa Manoban era una acosadora. O así es como le llamaba su mejor amiga, ChaeYoung.

No siempre acosaba a su vecina, eso había comenzado unas 6 semanas atrás. Cuando, sin querer, pilló una escena bastante comprometedora. Park Soo Young, la chica más popular del instituto se encontraba enrollándose con su vecina, Jennie Kim, una universitaria que era bien conocida por su belleza.

Ese día Lalisa estaba harta de su tarea, no era muy divertido realizar un proyecto sobre La Guerra de los 100 años, y para matar el aburrimiento decidió tirar pequeños trozos de papel por la ventana, tratando de mejor su puntería. Y cuando, terriblemente exasperada, no pudo golpear un pequeño cactus colocado en la ventana de su vecina decidió acercarse al borde de la suya para golpearlo por fin. Lo que encontró fue más interesante. Lamentablemente Jennie notó la presencia de la más joven y se alejó de la canadiense. Y antes de que Lisa pasase de ser un tómate a una uva o Jennie delatase a la acosadora, ChaHee recibió una llamada que, por lo que escuchó la pelinegra, apuraba a la chica a ir a sus entrenamientos de soccer. La chica observó un beso pasional y cuando se hubo ido, la castaña se acercó a la ventana.

— ¿Algo interesante? —Pronunció la mayor suavemente, Lalisa nunca había escuchado una voz tan perfecta. — ¿disculpa?

La chica había quedado embobada y sintió el rubor apoderarse rápidamente de sus mejillas.

— ¿Interesante? ¿Qué podría ser interesante? Digo, te estabas enrollando con la persona más popular que conozco y casi las veo hacer algo más que sólo jugar a las manitas calientes — Soltó sin pensar, la presencia de la otra chica le ponía los nervios de punta.

La más baja río.

— Si lo quisieses, te hubiera dejado entrar a "jugar".

— Oh no...estoy demasiado ocupada con...con un trabajo.

— Claro, claro. — ¡Que respuesta más estúpida! Se lamentó Lisa — Soy Jennie, hasta luego, atractiva vecina.

Lalisa no podía estar más sonrojada, se había quedado cual piedra después de aquello.

Por eso, cada que la pelinegra tenía oportunidad, siempre observaba la casa ajena. Buscando alguna oportunidad de hablar con Jennie, y al menos, presentarse correctamente.

Nunca lo lograba.

Decidió alejarse de aquella ventana, se había rendido.

La chica salió de su habitación y rápidamente bajó las escaleras dirigiéndose a la cocina, encontrándose con una escena que no esperaba para, absolutamente, nada.

La mismísima Jennie Kim se encontraba cocinando un pastel junto con su madre, que al verla le dedicó una gran sonrisa.

— ¡Hasta que por fin sales mi pequeña oso! — La nombrada se sonrojó a más no poder, le había llamado por el apodo más vergonzoso del mundo, se sentía muy niña con éste y lo último que quería era que la universitaria pensase que era una niña.

— Hey...¿qué está pasando aquí? — Dijo Lalisa tratando de sonar lo más natural posible aunque se moría por saber qué hacía ahí la chica que había estado en su mente durante tanto tiempo.

— Le he estado ayudando a Jennie a cocinar postres. —Pronunció la madre y agregó con algo de molestia— desde hace dos semanas.

Lalisa abrió la boca sorprendida, ¡Dos semanas llevaba acosando, digo, "encontrando la oportunidad de presentarse correctamente" a su vecina! La chica iba a responder pero fue rápidamente interrumpida por su madre.

Oops...I Did It Again | JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora