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Te sigo siempre, amor

(Una semana después)

Cada día, tarde o noche, desde esa vez en el centro comercial mis ojos están en él, en cada momento. Cada movimiento, cada gesto, todo de él es una completa maravilla, es tan puro, tan amable y alegre. Me recuerda a él.

Hoy no tenía clases, era domingo, aproveché para ordenar bien todas mis cámaras y micrófonos en su casa mientras él no estaba, en cada rincón había una. También estuve viendo maneras prácticas de llegar de su cuarto al mío, no fue tan difícil, solo unos pocos pasos separan nuestras casas.

Es curioso como me mudé acá pensando que acabaría con todo mi pasado, pero me persigue, él está ahí, siempre está conmigo.

— Tan lindo — dije tomándole una foto a Jungkook mientras se levantaba de su cama, era tan bello, podría ver sus fotos todo el día y no me cansaría, pero era a un mejor verlo a él directamente, en directo

Él me hace sentir bien, me hace sentir una calidez en el pecho, como él, me hace sentir seguro y amado, como él.

Seguí cada movimiento suyo a lo lejos, viendo cada gesto que hacía, viendo por completo su belleza.

— ¡Jimin! — exclamó corriendo hasta su amigo, al parecer ambos estarían juntos de nuevo

No me agradaba, me sentía molesto de verlos juntos, sentía unas fuertes ganas de agarrar a Jungkook y amarrarlo a mí. No me gustaba que esté con otros.

— Él es mío — dije viendo a donde se iban

Pensé que irían a jugar o al cine, pero me equivoqué, entraron a un tienda de ropa interior. Igual entré, viendo a un Jungkook sonrojado por lo que le decía su amigo, le tomé muchas fotos, cada angulo.

Por las noches me sentaba al frente de mi computadora, solo para verlo dormir, algunas veces había visto la cámara del baño mientras él estaba bañándose, su cuerpo era una obra de arte, tan pálido y sin ninguna imperfección, me pregunto si hay alguien más perfecto que él. Tengo unas inmensas ganas de tocar su cuerpo, de hacerlo gritar de placer, de poder sentir su calidez, pero es tan delicado, temo romperlo.

— Me gustaría romperte — dije viendo como agarró una trusa color rojo — me gustaría verte con eso — dije viendo como se sonrojó y lo dejó

Todo el día estuve detrás de él, viendo como era perfecto, cada acción de él lo era, tenía cientos de fotos de él, miles, todas pegadas en mi pared, quiero verlo siempre, quiero que toque mi mano, que me abrace, que me bese, solo a mí, yo, solo yo.

Al final escogió ropa interior de color rosado, es tan dulce. Ya quiero que sea de noche para verlo con eso puesto, como ansío que llegue la noche, con desesperación.

— Ya es tarde, mejor me voy a casa — lo escuché decir

No era muy tarde, eran apenas las cinco, pero bueno, es mejor así, uno no sabe con qué tipo de locos puede chocarse, es mejor que prevenga.

He averiguado todo de él, Jeon JungKook, cumpleaños el primero de septiembre, tiene veinte años, pronto veintiuno, mide un metro setenta y dos, pesa sesenta kilos, su cabello es negro, pero lo tiene pintado en las puntas, sus ojos son negros, su nariz es algo peculiar pero lo hace ver bien, su piel de blanca. Su color favorito son los colores pasteles, le gusta las cosas dulces, le gusta sonreír y escuchar música romántica. Siempre se estira antes de dormir, al despertar se da dos vueltas en la cama con las sábanas envolviéndolo, le gusta dormir con ropa ligera, se lava la cara tres veces al día, siempre come de desayuno dos tostadas y lo acompaña con café o jugo, siempre viste algo de color pastel con algo negro, siempre al irse de casa dice adiós como si alguien estuviera ahí. Siempre es lindo.

— Sentado debajo de un árbol, debajo de un árbol de mango — dijo abriendo su puerta

Rápidamente salí de mi escondite, corrí a mi casa y me senté en frente de mi computadora, viendo como Jungkook estaba tirado en su cama, luego se levantó y se fue al baño, rápidamente cambié de cámara, necesitaba verlo.

— Eres tan hermoso — dije tocando la pantalla, queriendo en realidad tocarlo — ya iré a verte esta noche, amor, sé que me extrañas — dije abriéndome el cierre del pantalón, sacando mi pene al ver como se sacaba la ropa y se empezaba a bañar

No dejé de mover mi mano sobre mi pene, sintiendo calor, sintiendo como quería ir y hacerlo mío, solo mío. Porque sé que Jungkook es virgen en todos los aspectos, lo supe rápidamente por las bromas que Jimin le hacía. Sería mío, solo mío.

Esperé a que se durmiera, Jungkook una vez que se dormía ya no despertaba, era muy difícil que lo hiciera, lo sé, lo he visto.

A la tres de la madrugada, cuando estuve seguro de que ningún vecino estuviera afuera entré al cuarto de Jungkook, por alguna razón siempre dejaba las ventanas y puertas abiertas.

— Tan lindo — dije sentándome suavemente en la cama, lo destapé lentamente y empecé a tomarle fotos con mi cámara, de todos los ángulos posibles

Me acerqué un poco más, pasando mi mirada por todo su cuerpo, deteniéndome en sus pezones que podía ver a través de la tela de su delgado polo. Lo toqué, pasé mi mano lentamente, sintiendo su cálida piel, sintiendo lo duro que estaban sus pezones por la fricción que hacía.

— Ahg — gruñí pasando mi mano por mi pene

— Mañana entrego mi tarea profesor... — se quejó dándose la vuelta

Yo solo me puse de pie, viendo sus piernas desnudas, quería tocar más, mucho más, pero no podía, no ahora, no aún, pero lo haré, porque él es mío.

Me di media vuelta, listo para salir cuando de reojo pude ver una canasta, era de ropa sucia. Me acerqué lentamente, viendo polos, pantalones, medias y ropa interior, agarré un polo de él, lo acerqué a mi nariz, oliendo su fragancia impregnada en todo el polo.

— Delicioso — gruñí queriendo volver a esa cama y hacerlo mío

Tuve que cerrar mis ojos un momento, me sentía raro, seguro mi celo estaba cerca, debía de salir o haría algo de lo que luego solo conseguiría problemas, pero no me fui sin antes agarrar una trusa de él junto a ese polo, me fui y cerré mi ventana.

Me eché en mi cama, acerqué esa trusa a mi nariz y respiré profundamente, sintiendo mis fosas nasales llenarse de su fragancia, sintiendo mi cuerpo arder. Bajé mi mano a mi pene, empezando a tocarme mientras no dejaba de oler esa vulgar prenda, pensando en cuando podré olerlo directamente de él, quería oler todo de él, quería probar todo de él.

— Ju-ungkook — gruñí viniéndome fuertemente, sintiendo como el calor no abandona mi cuerpo para nada — te-te voy a tener — cerré mis ojos, recordando su sonrisa — siempre estoy ahí, en cada rincón, en cada lugar, siempre te sigo Jungkook, siempre estaré ahí, cuidándote amor mío, asegurándome de que nadie de dañe, porque nadie puede hacerlo, solo yo, porque tú eres de mi propiedad, tú eres mío —