Capítulo 2. Esconderse no resulto como esperaba...

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Después de dos semanas el pueblo fue sometido en su totalidad siendo apagadas las llamas evitando que se consumiera más, tanto las princesas como la reina fueron encarceladas en las celdas del sótano y el rey agotado por las heridas finalmente callo ante Zain quien lo miraba con gozo en su rostro, su corazón brincaba de alegría y la venganza irradiaba en todo su ser siendo frío con aquel hombre, pidió que lo encadenaran sonriendo medianamente de lado hincándose frente a él.

—¿Qué se siente ser el atado ahora?

—Tú...tenías que...¡Haber muerto!...

Una risa tenebrosa inundo el lugar mientras el hombre de vestimenta negra y morada se levantaba y caminaba un poco a su derecha.

—Lamentablemente para ti...aquel día no estaba con mi familia, solo deje un señuelo pareciendo que dormía en mi cómoda cama, pero fue una fortuna encontrarme en las afueras...no pude hacer nada para salvarlos y ahora yo...me encargare de arrebatártelo que me quitaste por derecho aun después de tu muerte...eso incluye a tu encantador primer y segundo hijo

—No los tendrás...¡Ellos están a salvo ya!

—Jajaja...solo por ahora...ya que no sabes donde fueron...tendré que encontrarlo en las cercanías o más lejos...aunque no fueron muy lejos...de eso estoy seguro...

—Han pasado dos semanas...es posible que ya estén...muy fuera de tu alcance

—Anticipe tus movimientos...mi gente al no ser avisada de que tengo a mi reina y mi concubina a mi lado de inmediato se pusieron a buscarlo

—...¡¡!!...—Aldrik estaba atónico que su sorpresa no pudo contenerla dejándola notar plenamente—...¿Cómo sabías que...?

—No soy idiota y conocerte me dio ventaja, si acababa con tu glorioso reino tu alejarías a mi posesión de mis manos...no podría permitirme dejarlos tranquilos por mucho tiempo después de eso

—¡Eres un...!

—Jajaja no te desgastes en algo así...—lo miro al darse la vuelta acercándose para volver a quedar frente a Aldrik tomándolo del cuello de su ropa alzándolo un poco más de su altura y poder verlo mejor a los ojos—...querido suegro...me temo que no veras caer a tu familia uno a uno hasta que regresen mis adorados Fénix, pero...—rio levemente sonriendo con malicia—...a fin de cuentas...no podrás verlos de nuevo a ellos...ni a mis logros...y ni siquiera...la forma que iré ocupando para vengarme de tu esposa, la gran autora de toda mi desgracia...

Zain, de un rápido movimiento atravesó la cabeza de Aldrik con su mano matándolo al instante, ni siquiera se dio cuenta de aquel inesperado ataque, la frialdad y el gozo de los ojos del Leviatán era indescriptible, había anhelado matar a este rey durante todos estos años que ahora era un disfrute interno que lo llenaba por completo, las mangas de su ropa se llenaron un poco de sangre que no le importo en absoluto dejando caer el cuerpo inerte lamiendo la sangre de sus manos quitando ese carmesí de ellas sonriendo sutil, camino al balcón enorme a su derecha admirando su actual dominio adquirido.

Un hombre con un atuendo morado metálico y toques de rojo vino toco la puerta, en cuanto escucho la voz de su amo dejar que pasara entro sin más a la sala del trono, aun cuando apenas se giró un poco su rey hizo una reverencia de todas maneras mostrándole sumo respeto, se trataba de su mano derecha quien lo había salvado en aquel tempestuoso día hace años atrás, una Kimera que tiene por nombre Rinau Bogau, el llamado: Demonio de los Cielos.

—Mi señor...ahora tiene el control absoluto de estas tierras para su reino en expansión

—Una excelente noticia...ahora les plazca o no tendrán que obedecerme, a menos que quieran la muerte—rio sutil enmarcando una aterradora sonrisa—sé que es muy pronto para preguntar...pero...¿Aún no se ha sabido nada sobre el paradero de mi futura pareja?

Corlanze. Dos criaturas unidas entre amor y venganza.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora