|•1•|

85 14 12
                                    

Lia beckett

─No me veas así─Dashiell, mi mejor amigo. Estaba acostado boca abajo en uno de los muebles de mi pequeño departamento. Como es de costumbre, cada fin de semana sale y toma hasta quedar inconsciente, la mayoría de veces para no preocupar a su madre se queda conmigo.

─¿Cómo no lo voy a hacer si te ves horrible?─ mi amigo me fulminó con la mirada y yo le di una agradable sonrisa─, ¿pasando la resaca?

─No lo entenderías, nunca has bebido.

─Si lo he hecho, solo que prefiero no salir tan seguido. Si me ponen en una encuesta sobre que preferiría entre: salir a fiestas, clubs y tomar hasta olvidarme de mi nombre, o quedarme en mi cómodo departamento, sin pasar frío y ver películas felizmente sin preocuparme que al día de mañana tenga un dolor de cabeza horrible. creo que preferiría mi cómoda cama.

Mi mejor amigo ignoró mi comentario,─Juro que no volveré a tomar en toda mi vida.

No pude evitarlo y solté una gran carcajada, y por segunda vez en lo que llevamos de mañana, mi mejor amigo me fulminó con la mirada.─Eso dijiste la última vez.

─Esta vez es cierto─le di una mirada de incredulidad y el solo volteo los ojos y cambió de tema─, hablando de eso, tienes rato sin salir.

─Oh no, no... no y no. Además ¿no que ya no ibas a tomar?

Dash arrugó su rostro como si no supiera de qué hablaba haciendo una mueca rara y algo exagerada─Estás loca, yo nunca dije eso ¿ves? la falta de trago te afecta. ¿Vamos si?

─No.

···

Y efectivamente, no pude decirle que no a Dashiell. Así que ahí me veías tú esa misma tarde, en un centro comercial comprando ropa. no sé cómo pero logró convencerme el muy...

Viajaba por los largos pasillos de la tienda tratando de ver algo que me gustara, no quería nada exageradamente pequeño, ni algo que sea demasiado pegado.

No tengo un cuerpo perfecto. No soy una modelo con curvas exageradamente perfectas, no tengo labios carnosos, ni un color de ojos increíblemente hermosos. Cosa que al comprar ropa me hace dudar si se me ve bien. ¿qué puedo decir? soy un saco de inseguridades.

Entre tanta ropa que ya había visto no me gustaba ninguna, sentía que daba vueltas en círculo sin encontrar algo que me gustara.

Hasta que después de un rato encontré un vestido casi perfecto color negro, lo agarre y entre al vestidor, era algo ajustado por lo que al ponermelo resaltaba más mi cuerpo haciendo parecer como si tuviera una cadera pequeña. No me quedaba apretado, era como si estuviera hecho a mi medida. En la parte de arriba tenía un escote que hacía visible mi cuello, era muy bonito. Por lo que después de cambiarme por la ropa que traía fui hasta donde estaba la cajera para pagar.

La chica era muy bonita, tenía buen cuerpo... unos ojos verdes que tendría a cualquiera enloquecido. Al verla a ella y verme a mí era muy obvio la diferencia, ella si era bonita. a ella la escogería cualquiera. ¿Y yo? sería siempre la chica imperfecta. La chica a la que solo utilizaban para su conveniencia.

Ella llevaba puesto un vestido floreado muy bonito, que resaltaba su figura. Mientras que yo solo llevaba una camisa que me llegaba al ombligo y un leggins azul marino.

Dash es la única persona a la que considero mi amigo. Durante toda mi vida fui una persona insegura de sí misma, siempre fui yo sola contra el mundo... y para mi suerte él nunca estuvo de mi lado.

Salí de mis pensamientos para ver que la chica se me quedó mirando raro al ver que no le respondía y solo la veía.─¿Estás bien?

─Si, no te preocupes.─La chica me sonrió y me dio el monto del vestido, pagué y salí de ahí, comprar zapatos siempre fue fácil solo busque algún par de tacones que combinarán con el vestido y por fin me fui.

De camino a casa vi que estaban inaugurando una cafetería, quería entrar solo para curiosear el lugar. Ademas, no habria ningun problema por que me quedara un rato.

Su frente era común como cualquier otra cafetería de la ciudad, entré y me senté en unas sillas que estaban enfrente de una barra; me gustaba la decoración de la cafetería, tenía plantas y colores vivos lo que hacía del lugar acogedor. Al frente de mí había una carta con tipos de café y algún que otro postre.

-buenas tardes, ¿se le ofrece algo?-mi mirada se dirigió para encontrarme con un chico que se veía de mi edad. Ojos color avellana y su color de pelo rojizo, tenía un uniforme de trabajo que resaltaba su figura esbelta.

-Hola. Si, ¿me podría traer una malteada de fresa?.

El chico asintió-¿Algo más?

-No, gracias─el chico me sonrió, tenía una bonita sonrisa. Definitivamente llegaba a tener muchas pretendientes.

El chico se retiró y poco después trajo el café, le agradecí con la mirada y se volvió a retirar, dejándome sola de nuevo.

Mientras tomaba el café mi mirada dio un recorrido a la cafetería, no era tan pequeña, había más gente sentada en otras mesas hablando y merendando alguna que otra cosa. Para ser nueva había bastante gente, por lo que le daba más reputación al lugar.

Seguí viendo el local hasta que mi mirada se encontró con la de otro chico que acababa de entrar, tenía una camisa gris sin ningún diseño, que hacía que se notará su cuerpo bien definido, su cabello marrón claro, y unos ojos de color azul que fácilmente te hipnotizan, tendría que ser unos años mayor que yo.

Nuestras miradas se conectaron haciendo que mi atención por el color de sus ojos aumentará, eran muy bellos. Poco despues volvi a la normalidad al ver que el me guiño un ojo, confundida y aun un poco embelesada me termine el café y me fui a mi departamento, esperando a dashiell para ir a la fiesta a la que me convencio ─obligo─ ir.

─────────────────────

¡Hola! lo se tarde mucho en publicarlo, lo siento no me funen. ─me re creia escritora famosa JAJAJAJA─ en fin aqui esta el primer capitulo, espero les guste.

con amor valu

°~two roads, one place~°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora