El Dulce Caos de Jungkook, parte 9

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El sonido de un auto al pasar casi rozando sus pies lo regresó a la realidad. Se corrió hacia atrás rápidamente subiendo ambos pies al cordón y siguió al auto con la mirada mientras le mostraba el dedo medio.

Los moretones del pecho y de sus piernas dolieron al presionarse contra su cuerpo, pero más dolió su corazón por haber revivido todos esos recuerdos.

Hizo una mueca de dolor al levantarse del suelo y volteó a mirar la cervecería. Y solo por curiosidad miró la hora en su celular: 3:23. Asintió algo triste con la cabeza y caminó de vuelta a su casa, pensando en que, como siempre, Samuel debía tener una muy buena excusa para no aparecer ese día.

Entró a la casa pensando en que ansiaba quitarse el pantalón de jean para cambiarlo por uno deportivo. Porque cada vez que daba un paso, la dura tela raspaba contra la sensible piel lastimada y se sentía como cuando te quemas en exceso con el sol.

Al no ver a nadie en la planta baja, subió las escaleras y se encerró en su habitación; no tenía ganas de escuchar preguntas ni suposiciones acerca de su "cita".

Se quitó el pantalón y lo cambió por uno más cómodo, y lo mismo hizo con su camisa. Desabrochó con bronca en botón de arriba, el que evitaba que sus moretones se vieran, pero el que lo asfixiaba y lo hacía sentir como un prisionero. Últimamente así se sentía, como un prisionero de sus propias acciones.

Se tiró sobre la cama y suspiró. Dejó su celular a su lado, porque presentía que Samuel le enviaría un mensaje para darle alguna explicación. Y justo cuando se estaba cansando de esperar, un mensaje entró y lo tomó lo más rápido que pudo:

—Jungkook, lo siento. Se me pasó la hora jugando al tenis. Espero no haberte hecho esperar mucho!

Jungkook inspiró profundamente inflando la nariz. Tenía sentimientos encontrados: por un lado, se sentía mal por no obtener de parte de él la atención que quería, y por otro lado, su enamoramiento ciego le decía que se lo perdonara; después de todo se estaba explicando y pidiendo disculpas...

—No te preocupes, también llegué tarde y pensé que te habías ido 😅 Será otro día! —mintió descaradamente. Pero algo en su mentira lo hizo sentir mejor: si Samuel no sabía que lo había esperado como un idiota, entonces su vergüenza se aliviaba un poco.

Enseguida sintió la vibración en su mano y desbloqueó el celular para leer el mensaje rápidamente:

—Escucha, mañana por la mañana tengo un campeonato de tenis, puedes ir a verme si quieres. Te enviaré la dirección. Si no estás ocupado, claro... :)

Jungkook aplastó con rabia la almohada de su cama contra su cara, y ahogó sus maldiciones en ella. ¡Por una vez que Samuel lo invitaba a verlo jugar, ¿y tenía que ser en la mañana?!

—Me encantaría, enserio. Pero tengo un compromiso... —¡limpiar baños!, pensó arrugando la nariz—. Pero mi padre saldrá de casa en dos días, seguramente organicemos una fiesta cuando se vaya...

—¡Genial, te veo allí entonces! :)

Jungkook bloqueó el celular y lo dejó sobre su pecho. Suspiró emocionado recargando sus ganas de conquistarlo; por ninguna razón se rendiría con él hasta comprobar su corazonada que  decia que eran el uno para el otro, y hasta que corroborara que estaba en lo cierto.

Pero eso era porque no sabía lo que le esperaba el día siguiente...

Jungkook's Sweet Chaos © (Precuela)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora